
Gramalote, un municipio ubicado en Norte de Santander, es recordado como el pueblo que desapareció en Colombia. En diciembre de 2010, una serie de deslizamientos de tierra provocados por intensas lluvias y una falla geológica destruyeron por completo el casco urbano, obligando a sus habitantes a evacuar y dejando el lugar en ruinas.
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El desastre comenzó el 16 de diciembre de 2010, cuando las lluvias torrenciales y el fenómeno de La Niña afectaron la estabilidad del terreno. La tierra comenzó a agrietarse y las viviendas se hundieron lentamente. Para el 17 de diciembre, el municipio estaba prácticamente destruido, y sus más de 3.300 habitantes tuvieron que abandonar sus hogares. Según El Tiempo, el entonces presidente Juan Manuel Santos sobrevoló la zona y confirmó que el retorno al antiguo pueblo era imposible, por lo que se inició un plan de reubicación.
¿Cómo es Gramalote hoy?
Ante la imposibilidad de reconstruir el pueblo en su ubicación original, el Gobierno Nacional impulsó la creación de un nuevo Gramalote.
En 2011, se hicieron estudios para determinar el mejor lugar para su reubicación, pero el proceso estuvo marcado por retrasos. Finalmente, en 2016, el expresidente Santos entregó parte de las obras del nuevo municipio, incluyendo viviendas, una plaza de mercado y el Centro Administrativo Municipal.
Sin embargo, la reconstrucción de Gramalote ha enfrentado múltiples dificultades. Según Dejusticia, el reasentamiento de los habitantes ha sido un proceso complejo, con problemas en la selección del nuevo sitio, lo que tomó dos años en definirse. Además, el Fondo Adaptación, entidad encargada de la reconstrucción, ha tenido que lidiar con obstáculos administrativos y financieros que han ralentizado el proceso.
Relatos Anfibios señala que, aunque el nuevo Gramalote es una realidad, la comunidad aún enfrenta desafíos para recuperar su identidad y estabilidad. La espera prolongada afectó la vida de los gramaloteros, muchos de los cuales tuvieron que establecerse en otros municipios mientras avanzaba la construcción. La pregunta que persiste es si es posible reconstruir no solo el pueblo, sino también el sentido de comunidad que existía antes de la tragedia.
La supuesta maldición de Gramalote
Más allá de los factores naturales que llevaron a la desaparición del pueblo, existe una leyenda que ha circulado entre los habitantes de la región. Según El Espectador, se dice que un sacerdote, en medio de una disputa local, lanzó una profecía sobre Gramalote, vaticinando su destrucción. Con el paso del tiempo, la tragedia de 2010 fue interpretada por algunos como la confirmación de aquella maldición.
La historia de la supuesta maldición ha sido alimentada por relatos de los habitantes que vivieron la tragedia. Según testimonios recogidos por medios locales, la noche del 16 de diciembre fue particularmente extraña: los pisos vibraban, las puertas se trababan y los árboles caían sin explicación aparente.
“Esa noche empezamos a ver manifestaciones extrañas, los pisos saltaban, las tabletas del piso se movían como si algo estallara”, relató un testigo al creador de contenido Kevin Bolaños
Aunque la ciencia explica la desaparición de Gramalote como el resultado de lluvias extremas, inestabilidad del terreno y deforestación, la leyenda de la maldición sigue viva en la memoria de algunos habitantes. Para ellos, la tragedia no fue solo un desastre natural, sino el cumplimiento de una advertencia hecha décadas atrás.
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