Es la primera vacuna anticovid de dosis única autorizada en Canadá, y acaba de ser avalada para su uso en personas mayores de 18 años.

Ottawa ha pedido hasta 38 millones de dosis, que pueden almacenarse a temperaturas refrigeradas de 2 a 8 grados centígrados, lo que facilita su distribución.

“Llegamos a la conclusión de que había pruebas sólidas que demostraban que los beneficios de esta vacuna superan el riesgo potencial”, dijo en una conferencia de prensa la directora médica de Health Canada, Supriya Sharma, quien añadió que su evaluación continuará a medida que se despliegue.

Todas las vacunas aprobadas hasta ahora en Canadá “son eficaces contra los casos graves y la hospitalización”, añadió.

En total, Ottawa ha pedido o reservado más de 400 millones de dosis de vacunas de siete proveedores para una población de 38 millones.

Se espera que las autoridades sanitarias anuncien en las próximas semanas una decisión sobre la vacuna candidata de Novovax, la única que ha presentado una solicitud de aprobación hasta la fecha.

Hasta el viernes, Canadá ha notificado más de 878.000 casos de coronavirus y más de 22.000 muertes.

Vacuna de Johnson & Johnson fue criticada por la Iglesia católica

Previo a esta autorización, no ha sido fácil el camino de esta vacuna contra el coronavirus, que se topó con la Iglesia Católica en Estados Unidos, donde algunos obispos están recomendando no usar este suero al estar desarrollado con células madre obtenidas de abortos.

El último en sumarse a estas reticencias ha sido el obispo Robert Deeley de la diócesis de Portland, que ha pedido a sus feligreses que opten por otras vacunas que no sean la de J&J.

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En un comunicado, Deeley afirmó que “si alguien puede elegir entre vacunas igualmente seguras y efectivas contra COVID-19, deberían elegirse las vacunas con la menor conexión con líneas de células derivadas de abortos”.

“Por tanto -siguió-, si alguien tiene la capacidad de elegir una vacuna, las de Pfizer y Moderna deberían ser elegidas antes que la de Johnson & Johnson”.

El aborto, en el centro de la polémica

Deeley resumía de esta manera el sentir de algunos responsables de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, que dejó clara su postura esta semana.

El presidente del Comité de Doctrina de esa institución, el obispo Kevin C. Rhoades, y el arzobispo Joseph F. Naumann de Kansas City, responsable del Comité de Actividades Provida de la conferencia, emitieron el martes un comunicado en el que expresaban sus dudas sobre el preparado de J&J, que “suscita cuestiones sobre la permisibilidad moral de emplear vacunas desarrolladas, probadas y/o producidas con la ayuda de líneas de células derivas de abortos”.