El síndrome, también conocido como el ‘síndrome del gato paracaidista’, se produce cuando el gato cae intencionadamente desde una altura de más de 7 metros al ver un pájaro o algún elemento volador que los incentive a hacerlo.

(Le puede interesar: Consejos para viajar con mascotas por carretera: cinco claves que son básicas)

Ese espíritu aventurero y explorador que caracteriza a los mininos puede hacerles caer en la tentación de precipitarse a un vacío que puede ocasionar graves heridas.

Con mucha suerte, las caídas provocadas por el síndrome del gato volador solo causarán en el felino una fractura. Sin embargo, las consecuencias pueden ser bastante graves y podrían acabar con su vida.

Rotura de huesos, especialmente de la caja torácica, contusiones y otros problemas derivados que afectan a sus órganos se repiten en los gatos con este síndrome. Además, son muy frecuentes los casos en los que el gato queda paralítico.

(Vea tambiénCuánta grasa debe consumir una mascota: riesgos, consecuencias y cantidades adecuadas)

Que se diga que los gatos siempre caen de pie o que tienen siete vidas, no es casualidad. Y es que a pesar de lo aparatosa que puede ser la caída de un felino con el síndrome del gato volador, muchísimos se salvan tras acudir al veterinario y ser tratados correctamente.

Sin embargo, ni los gatos caen siempre de pie, ni tienen 7 vidas, por ello, es mejor prevenir estos accidentes.

¿Qué podemos hacer?

  • No todos los gatos están acostumbrados a vivir en altos edificios y encima, su noción del espacio no está altamente desarrollada, no controlan bien las distancias y eso les juega muy malas pasadas.
  • Lo ideal es asegurar con mallas protectoras los balcones y ventanas del hogar para que el gato no pueda caer al vacío.
  • Controla que tu felino no se suba a lugares muy altos (armarios, estanterías, etc.) cuya posterior bajada le pueda provocar daños.
Lee También
  • A los gatos les encanta esconderse, especialmente en zonas altas, pero si crees que al bajarse puede hacerse daño (porque la zona de apoyo es inestable, por ejemplo) evítalo.
  • Está comprobado que hacen más daño las caídas desde una baja altura que una alta. Esto es así porque al caer desde más altura, al gato le da tiempo de modificar su postura e, incluso, se estiran bien para perder velocidad… ¡sí, como un paracaídas!