El Colombiano es un grupo editorial multiplataforma con más de 110 años de existencia. Nació en la ciudad de Medellín en Antioquia. Fundado el 6 de febrero de 1912 por Francisco de Paula Pérez, se ha especializado en la investigación y generación de contenidos periodísticos para diferentes plataformas en las que provee a las a...
En la noche del 14 de enero de 2023, la tranquilidad de la vereda Rancherías, en Rionegro, fue perturbada por un estruendo inesperado. Pese a haber pasado la época navideña, un grupo de personas optó por lanzar un globo lleno de pólvora, provocando un espectáculo de luces y explosiones en el cielo del Oriente antioqueño, según El Colombiano. Para Jénnifer Arango y su esposo, quienes habían apostado todos sus ahorros en una granja avícola tras vender su único carro, la situación se transformó rápidamente en una pesadilla. La noche avanzó y aunque en un principio decidieron restarle importancia al incidente, la madrugada trajo consigo una dura realidad. El esposo de Jénnifer, al acudir al galpón donde criaban sus gallinas, descubrió la tragedia: la mayoría de sus aves yacían sin vida tras haber huido, asustadas por el estruendo de la pólvora.
De las 108 gallinas que representaban el sustento para la pareja y sus tres hijos, aproximadamente 70 fallecieron infartadas, como reseñó El Colombiano. La pérdida no solo involucró la muerte de los animales, sino también la desaparición de la fuente de huevos que comercializaban en la vereda, sumergiendo a la familia en una profunda crisis económica. La búsqueda de los responsables resultó infructuosa, pues al acercarse a la finca de donde presumían fue lanzado el globo, los habitantes se limitaron a negar cualquier vínculo y a justificar el acto señalando que “globos se tiraban de cualquier parte”.
La noticia pronto circuló en redes sociales, despertando la indignación y la solidaridad de muchos habitantes de Rionegro y otras zonas. Fue así como Santiago Jaramillo, líder de la Fundación Un Viejo Favor, tomó la iniciativa de contactar a Jénnifer tras conocer su historia a través de un amigo, como registró el mismo medio. Jaramillo decidió difundir el caso mediante diferentes canales, logrando una ola de apoyo comunitario que se volcó en ayudar a la familia afectada.
Gracias a la rápida respuesta solidaria, en pocos días se lograron recolectar los recursos necesarios para restablecer la granja. La familia pudo reponerse con la compra de 75 gallinas de 17 semanas de edad, además de recibir alimentos para aves y útiles escolares para los hijos. Este acto de empatía fue un alivio para quienes habían perdido todo y, según palabras de Jénnifer, no esperaban recibir ayuda tan pronto luego de enfrentarse al dolor de ver frustrado su emprendimiento y la inversión de sus ahorros.
El reflejo de la solidaridad trascendió las consecuencias iniciales del siniestro. Tiempo después, relata Jaramillo, la misma familia que recibió la ayuda buscó devolver el apoyo recibido, realizando una donación a la fundación para que otra persona pudiera beneficiarse. De este modo, el círculo de ayuda iluminó nuevamente a la comunidad, evidenciando cómo un acto compasivo puede sembrar nuevas esperanzas en quienes pasan por períodos de adversidad.
¿Por qué la pólvora afecta tanto a las aves?
Esta pregunta surge entre quienes se conmueven por historias como la de la familia de Rionegro. El uso de pólvora, aún en festejos, puede tener graves repercusiones sobre la fauna, especialmente en aves. El Instituto Humboldt, citado por El Colombiano, ha documentado los serios impactos del estruendo y la luminosidad de estos artefactos, que pueden provocar desorientación y, como en el caso relatado, muertes por infarto en animales de corral y silvestres.
Comprender cómo la pólvora afecta a las aves resulta relevante para fomentar el debate sobre las consecuencias de estas prácticas y así promover celebraciones responsables que consideren el bienestar animal y el de las comunidades rurales afectadas por estas acciones imprudentes.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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