Deirdre Leigh Barrett, asistente de psicología de la Escuela de Medicina de Harvard, encontró mediante una encuesta que las personas están teniendo sueños más intensos, similares a los que desarrollaron cuando ocurrió la caída de las Torres Gemelas.

Todo indica que cuando la persona se expone a situaciones extremas, aumenta su ansiedad y esta, a su vez, altera los ciclos naturales del sueño y se genera contenido negativo durante el descanso, que termina atormentándola  más. 

 Conciliar el sueño para muchos se ha convertido en una práctica difícil de ejecutar y, cuando se logra, la armonía del subconsciente refleja todos los sentimientos negativos que la persona está albergando.

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Según las teorías de Freud, los sueños son sensibles a los entornos sociales, teoría en la que también se apoyó Agustina Fernández, miembro de la asociaón psicoanalítica argentina, citada por Infobae, quien dijo que las personas ahora está en alerta constante y puede que las historias que teje el subconsciente haga que todo se vea más real.

Al despertar, quien tuvo el mal sueño o pesadilla puede experimentar angustia, falta de concentración, aumento de su frecuencia cardiaca, sensación de ahogo y ganas de llorar.

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“El miedo al coronavirus despierta la pulsión de muerte, o sea el miedo a la muerte propia y de los nuestros. También refleja la vulnerabilidad que sentimos frente a la vida y es un escenario propicio para el despliegue de una hipocondría colectiva”, explicó al medio Fiorella Litvinoff.

Lo mejor en el caso de que estos acontecimientos se hagan frecuentes es tener pensamientos positivos antes de dormir, traer experiencias de felicidad al presente, pues todo esto ayuda a mejorar el estado anímico.