El jueves 19 de mayo la Corte Constitucional, a través de la sentencia T-128/22 reconoció que al ser la partería un saber ancestral, patrimonio cultural de Colombia, el congreso debe legislar sobre la partería para proteger a quienes la practican. Además, el ministerio de Salud tendrá que vincular a las parteras al sistema de seguridad social en salud.

La decisión de la corte se origina debido a que el 22 de febrero del 2021, la Asociación de Parteras Unidas del Pacífico, la Asociación de la Red Interétnica de Parteras y Parteros del Chocó e Ilex Acción Jurídica -organizaciones del Chocó y Valle del Cauca- interpusieron una tutela contra el ministerio de Salud debido a que “sus derechos fundamentales y a la no discriminación, a la protección de la diversidad étnica y cultural de la Nación, al trabajo, al mínimo vital y a la salud” fueron vulnerados.

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Sobre lo anterior, el ministerio respondió que: “las parteras no son beneficiarias de este reconocimiento, pues no cumplen con lo previsto en la ley 1164 de 2017, la cual estableció los requisitos que debe reunir quien ejerza profesionalmente actividades en el área de salud”.

Por este motivo, reconociendo los derechos vulnerados, la Corte Suprema de Justicia resolvió que se debe “reconocer y exaltar la partería como un saber ancestral y patrimonio cultural de la Nación, así como una forma de expresión cultural y étnica, una manifestación de la pluralidad de la Nación y una forma de protección de los derechos reproductivos de las mujeres que pertenecen a las comunidades en donde se ejerce este saber”.

Además, exhorta al ministerio de Salud y Protección Social a que inicie y culmine satisfactoriamente todas las iniciativas que sean necesarias para integrar efectivamente a las parteras al Sistema General de Seguridad Social en Salud.

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En los últimos años, debido a las discusiones sobre enfoque de género, feminismos y diversidades, la partería ha sido un tema que ha hecho presencia en las discusiones actuales en las que se apela a que las mujeres tengan autonomía sobre su cuerpo y sexualidades. Aunque las parteras juegan un papel fundamental en zonas rurales en las que no hay acceso al sistema de salud, hay mujeres que deciden acudir a ellas para vivir partos naturales amenos, desde casa y humanizados.

Este fue el caso de 2 mujeres que compartieron su testimonio con LA CRÓNICA. Diana López Garzón, es educadora. “Mi mamá es profesora de yoga para gestantes, entonces siempre me habló del parto natural consciente. Mi primer parto fue en 2009, en un hospital, allí pagamos por un parto privado, para poder tener algo más de libertad, el parto en yoga es un momento muy trascendental, de manera que ella intentó guiar el proceso. Sin embargo, el médico a cada tanto intervino y me aplicó una sustancia, aunque mi decisión era tenerlo de manera completamente natural. Me sentí invadida. Las mujeres tenemos el poder de dar a luz completamente solas, pero la industria de partos nos ha llenado de miedos y nos ha quitado el poder”.

Sobre su segundo parto, narró que fue en 2020. Esta vez me preparé para que fuese un parto natural consciente. Fue una fiesta, un momento feliz, la familia llegó, pude respetar el proceso y el tiempo, hacer yoga, caminar. El parto de 3 días me acompañó una partera de los misak y un amigo enfermero. Lo más lindo fue estar en el calor del hogar”.

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María -quien prefiere que se reserve su identidad- contó: “Yo vengo de una familia muy numerosa, mi abuela tuvo 21 partos en casa, entonces creo que hay una memoria en mí. Tenía muchos miedos de ir a los hospitales por situaciones de violencia obstétrica.  Les comuniqué a mi familia y a mi compañero que quería hacer un parto en casa y ellos me apoyaron. Leí mucho, me capacité por 8 meses, hablé con otras mujeres. Cuando uno toma una decisión se empodera. Asistí a todos los controles, me tomé todas las ecografías, muy juiciosa, pero decidí dar a luz en casa, sola. Mi bebé estaba en la posición adecuada, entonces hice ejercicios y me preparé. Yo no conecté con ninguna partera, por eso decidí hacerlo con ayuda de mi compañero y mi mamá”.

Agregó sobre el momento del parto: “Ese día yo no pude almorzar, me sentía indispuesta, yo les pedí que no me fueran a llevar al médico por nada del mundo. Pensé en salir a caminar para sentirme mejor, me fui a duchar y sentí la cabeza de la bebé. Llamé entonces a mi compañero, él me ayudó. Solamente recuerdo los ojos súper azules y abiertos de mi bebé, uno entra como en un trance, no hay palabras para esto”.

La partería

La partería es una práctica milenaria que “nació con la humanidad”. Es un saber que humaniza y hace consciente el proceso del parto. El oficio de la partera a lo largo de la historia ha estado relacionado con el territorio lo que implica una cosmovisión, tradición, además de una relación espiritual, ancestral y natural. Las parteras poseen saberes integrales que se han transmitido de generación en generación.

Quienes practican este oficio conocen sobre enfermedades y sus síntomas, así como de plantas curativas, conocen el cuerpo y los ciclos de las mujeres, este oficio va más allá de la medicina occidental pues la partera no solo está en durante el parto sino antes y después, el proceso de alumbramiento es un todo. La partera acompaña el embarazo brindando cuidados, masajes, bebidas de plantas y en el posparto guía el periodo de lactancia. La partera enseña y acompaña no solo desde lo fisiológico sino desde lo emocional y sicológico.

Sofía Rojas Valencia es aprendiz de partería escuela de partería de mujeres Bachué de Filandia, su madre es partera. “Jurídicamente hay muchas dificultades, aquí las parteras no son reconocidas. Es muy extraño para la medicina actual que una mamá decida parir en casa, califican esto de irresponsable. En nuestro caso, somos parteras interculturales de manera que combinamos saberes ancestrales con la medicina occidental”.

Sobre esto último, es importante enfatizar que, en muchos casos, las parteras en la actualidad incluyen los aportes de la ciencia por lo que durante el acompañamiento piden que las madres cuenten con exámenes, ecografías y controles. No se busca un divorcio con la ciencia o los avances tecnológicos, en cambio, si optan por “humanizar el nacimiento”. La partera acompaña en casa o en el hospital el alumbramiento dependiendo de los deseos de la futura madre y de las restricciones del hospital.

La partería es el oficio más antiguo que hay, busca proteger y cuidar la salud. “Se habla de parto humanizado porque se ha deshumanizado el parto, en los hospitales se hacen más cesáreas de las que se deberían para acelerar los procesos. En un parto cada mujer tiene sus tiempos y solo las parteras respetan esos tiempos, es muy importante que se sientan cómodas y seguras. Hay partos que duran 1 día, otros 3 días”, agregó Rojas Valencia.

Por su parte, Lilia Osorio de Arcila, partera de 88 años, relató: “En el Quindío había varias parteras, eran señoras de casa que ayudaban a parir. En mi caso tuve mucha experiencia en la práctica, nunca se me murió una mujer o un bebé. Me parece que en los hospitales se mueren más fácilmente, aunque no cualquiera puede ser partera. Aquí en Quimbaya prácticamente se acabó esta práctica, todo el mundo se va para los hospitales”.

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En el boletín del 5 de mayo de 2021, la Organización de las Naciones Unidas señala: “Actualmente el mundo se enfrenta a una escasez de 900.000 de matronas, una cifra que equivale a un tercio del personal de partería necesario a nivel mundial [..] de financiarse por completo los servicios de partería para el año 2035, se podría evitar el 67 % de las muertes maternas, el 64 % de las muertes de recién nacidos, el 65 % de los niños que nacen muertos y salvar 4.3 millones de vidas al año”.

No obstante, profesionales en la salud sostienen que se corren altos riesgos en estos casos. El ginecólogo Antonio José Manrique explicó: “Es peligroso que haya un desgarro, un bebé se quede atascado en el canal de parto, hemorragia severa, entre otros. He tenido pacientes que han optado por esa opción y al final han tenido que correr al hospital para buscar una cesárea. La seguridad debe ser lo más importante, la tecnología permite que tengamos un ecógrafo, monitor fetal y otras herramientas que no se tienen en la casa. Es muy bonita la idea del parto en casa, pero todos los partos son distintos”.