El dolor articular, se asocia principalmente con la artrosis y es común entre los animales de compañía como los perros y gatos. Produce una alteración en la movilidad y en la realización de las actividades cotidianas.

Su desarrollo es lento, incluso pueden pasar años para los primeros signos, además el envejecimiento, la obesidad y la influencia genética son algunos de los factores que favorecen su desarrollo.

La artrosis es una patología degenerativa de las articulaciones que se caracteriza por la degradación del cartílago articular hialino

En una parte del desarrollo de la enfermedad hay una insuficiencia de los procesos de reparación del cartílago, resultando pérdida total de la integridad del cartílago; el desarrollo de esta patología no sólo afecta al cartílago, sino a toda la estructura articular, incluyendo el hueso subcondral, el tejido sinovial, la cápsula articular y los tejidos blandos periarticulares.

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Entre los diferentes factores que se han identificado como responsables del inicio y/o evolución de la artrosis, cabe destacar los factores mecánicos o de sobrecarga de las articulaciones. Esta enfermedad debe tratarse inmediatamente, y un diagnóstico temprano le dará una mejor calidad de vida a nuestro perro o gato. La alteración en la realización de actividades diarias así como alteración del comportamiento. En perros, se ha visto que puede alterar el sueño y la función cognitiva. En ambas especies, los efectos del dolor parecen similares a los efectos en los humanos.

Se les dificulta pararse o sentarse, lo hacen muy despacio o toman posturas poco usuales, otros signos como: Inapetencia, nerviosismo, insomnio, no quieren ser tocados en la zona afectada.

Se sabe que puede ser consecuencia de enfermedades ortopédicas: como displasia de cadera, displasia de codo, osteocondrosis disecante, degeneración de ligamento craneal cruzado y por tanto se considera una enfermedad de aparición precoz y de larga duración. Las articulaciones más afectadas son la cadera, rodilla y el codo.

Para el diagnóstico, además de los signos clínicos mencionados, también necesitamos hacer una toma de radiografía de la zona o zonas afectadas en donde buscaremos si existe evidencia radiográfica de artrosis (efusión; osteofitos; esclerosis subcondral; mineralización asociada articular). Además en algunos lugares ya se tiene la resonancia magnética, para hacer la evaluación más específica de las articulaciones.

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Mascotas: qué tratamientos hay

La artrosis es una enfermedad que no tiene cura, sin embargo, el dolor debe tratarse, así como retrasar el deterioro de las articulaciones. Una vez detectada la artrosis, se evalúa la situación y se determinará un plan de control para evitar que ésta siga avanzando, así como también se recetan medicamentos para controlar el dolor y disminuir la inflamación en las articulaciones. ( Condroprotectores, Omega 3, anti- inflamatorios no esteroidales, dieta y ejercico) así como fisioterapia.

Mascotas: medidas de prevención

  • Visitar al veterinario, mínimo 2 visitas al año, y si tienes una mascota con características como: sobrepeso u obesidad, cambio de comportamiento cuando lo quieres acariciar en ciertas áreas del cuerpo como lomo, cadera, y puedes notar que su caminado ha cambiado y alterna sus posturas al descansar y le cuesta trabajo en el caso de los machos alzar sus patas para orinar o a las hembras al agacharse para sus deposiciones, además de tener de 6 a 7 años en adelante, no esperes y acude a una consulta, ya que el tratamiento es de vital importancia para mejorar su calidad de vida, y es un padecimiento que no tiene cura, pero lo podemos controlar y mejorar en caso de dolor.
  • La alimentación es una de las cosas más importantes como preventivo ya que es necesario primero que nada dar un alimento recomendado por tu veterinario, para la edad, raza, condición corporal y estado de salud de tu perro o gato.
  • Ejercicio, también adecuado a raza, edad y sexo.

MVZ Alejandra Apango M.

Dipl. en Medicina Interna y Cirugía de Perros y Gatos.