Ahora, varias empresas ofrecen estas mascarillas fabricadas en plástico, que cubren desde la frente hasta la parte baja de la barbilla, y suelen ser utilizadas en centros asistenciales por el personal médico.

El medio se mostró de acuerdo con que estos “escudos protectores” se ven más cómodos que los tapabocas y, según la revista de la Asociación Médica Estadounidense, sí protegen a la persona de las partículas que pueden tener el virus.

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Además, debido a que cubre todo el rostro, es más difícil que la persona se toque la cara, que es otro factor de riesgo ante el COVID-19, sin contar con que la comunicación se hace más sencilla y son reutilizables.

En un estudio de simulación de tos que se hizo en 2014 y que fue citado por el informativo, se encontró que protege hasta en un 96 % a una distancia de 46 centímetros.

Pese a la protección que aporta la mascarilla protectora, varios especialistas coincidieron con el hecho de que no debería utilizarse sola, sino que debajo debería estar el cubrebocas, pues el riesgo se reduce de forma exponencial.