La crianza de ejemplares de forma indiscriminada, que en muchas ocasiones se han desarrollado en ambientes donde no se ha tenido cuidado con la salud y nutrición de la futura madre, ha aumentado las probabilidades de problemas congénitos en los perros, bien sean heredados o adquiridos en algún momento de la gestación.

Es la razón de que se presentan problemas en el desarrollo físico general de los cachorros, bajas defensas, problemas de piel, respiratorios y digestivos prematuros, e incluso se reportan muertes tempranas, o muertes súbitas, en cachorros y perros jóvenes. Entre estas está la enfermedad cardiaca que es una enemiga silenciosa, que suele no ser diagnosticada a tiempo y puede ser la causa de la pérdida prematura de su pequeño compañero canino.

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Es importante estar atento a ciertas señales de enfermedad, que en ocasiones no son muy evidentes, como un mal estado general con poco desarrollo físico siendo más pequeño que otros ejemplares de la misma raza y edad. Generalmente se trata del cachorrito más pequeño de la camada. A veces se observa palidez y puede también tener dificultad para respirar, o mostrar alteraciones gástricas e intestinales.

Con menor frecuencia se tendrán, anormalidades nerviosas (con convulsiones), e inmovilidad de miembros posteriores. Otra condición de atención es la de un abdomen abombado que se debe al acúmulo de líquido abdominal, lo que se conoce médicamente como ascitis. No es corriente que se presente síncope (desmayo), pero de ser así no debe pasarse por alto, puesto que un descuido puede terminar en muerte súbita.

Algunas de estas enfermedades cardiacas no muestran síntomas, y son un hallazgo accidental en un chequeo de rutina, donde el médico veterinario, en el examen general, descubre un soplo cardiaco. Es necesario que el paciente sea remitido a un cardiólogo, y le sean realizados varios exámenes, que incluyen hemograma, radiografía, electrocardiografía, y ecocardiografía Doppler, para llegar a un diagnóstico acertado y preciso.

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Existen varios tipos de enfermedades cardiacas, pero las de presentación más común son la estenosis subaórtica, la estenosis pulmonar y el conducto arterioso persistente. Aunque existen razas más predispuestas a sufrir cierto tipo de trastornos cardiacos, no significa que no pueda presentarse en otras razas, incluidas las razas mestizas o llamadas criollas.

  • Estenosis subaortica

Habitualmente no se presentan síntomas, pero sí se trata de un caso severo, tendrá dificultad para respirar, muy relacionado con la manifestación de ascitis. Es más común en razas grandes como en el bóxer, rotweiller, labrador retriever y schnauzer gigante.

  • Estenosis pulmonar

Es otra afección que puede cursar sin previo aviso pues no es común que se presenten síntomas de enfermedad. Pueda que pase desapercibida la presentación de un síncope y es la principal causa muerte súbita en perros. Se da más en razas pinscher (grande y miniatura), en los de tipo terrier, bulldog inglés y chihuahuas.

  • Conducto arterioso persistente

Es el trastorno cardiaco más frecuente en perros, y las razas más predispuestas son: poodle (particularmente en el Toy), cocker spaniel ingles, pastor alemán, maltes y collie. Esta condición es normal en cachorritos recién nacidos, debido a que es un mecanismo que asegura la circulación sanguínea dependiente de la madre, mientras los pulmoncitos del perrito se mantienen colapsados en el vientre materno, pero una vez nacidos, los pulmones se llenan de aire y empieza a circular la sangre normalmente a través de ellos, así que este conducto deja de ser útil, por lo cual se cierra en un plazo de 24 horas a 10 días.

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Tiene tres formas de presentación, según la severidad de la enfermedad, desde una forma tan leve que no requiere tratamiento. Según esto tendrá o no manifestaciones clínicas que van desde un paciente que no presenta signos de enfermedad, hasta aquel que muestran mal estado general, tos, y en casos muy extremos, la presencia de alteraciones nerviosas con estados convulsivos.

Regularmente tienen un comportamiento normal, están deseosos de actividad y de juego, con buen apetito, pero pueden llegar a tener limitaciones físicas.

El pronóstico, depende de la severidad de la enfermedad, la rapidez con que sea diagnosticada y se dé inicio al tratamiento, que en algunos casos puede ser suficiente con un manejo médico adecuado dado por el especialista, con dieta especial, y actividad física controlada. En la mayoría de los casos requerirá corrección quirúrgica. Desde luego que ya diagnosticado será necesaria la realización de controles de por vida cada 3-6 meses.

Dr. Juan Lucas Vargas Ortiz
Médico Veterinario UNAL