En un juicio que dio mucho que hablar, el tribunal de Oslo (Noruega) prohibió la cría del bulldog inglés y del Cavalier King Charles Spaniel porque experimentan sufrimientos incompatibles con la ley de protección de los animales.

A fuerza de endogamia y consanguinidad, las dos razas de perros desarrollaron enfermedades hereditarias en casi todos los individuos, o en la totalidad. La lista es larga.

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El veredicto, saludado por los militantes de la causa animal y criticado por los criadores, tiene como tela de fondo un debate que aumenta en el mundo sobre la búsqueda de atractivos en la crianza de animales que afectan su bienestar.

“Muchas de las razas de cría son muy endogámicas y cargan con muchas enfermedades”, dice a la AFP Åshild Roaldset, presidenta de la Sociedad protectora de animales noruega, que presentó la demanda contra empresas caninas y criadores particulares.

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Debemos cambiar las maneras como criamos los perros. La forma en que lo hacemos tal vez era aceptable hace 50 años, pero no ahora”, añade.

Perro de imagen patibularia, pero dulce, especialmente popularizado en el dibujo animado Titi y Grosminet y asociado al espíritu de resistencia inglés durante la Segunda guerra mundial, el bulldog acumula las dificultades respiratorias a causa del hocico aplanado, y también debido a problemas dermatológicos, reproductivos y ortopédicos.

Más de la mitad de esos perros nacidos en los últimos diez años en Noruega llegaron al mundo por cesárea. “La incapacidad genética de la raza para parir naturalmente es una de las razones para que el bulldog ya no pueda ser utilizado para crianza”, consideraron los jueces.

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En cuanto al Cavalier King Charles —que se ganó el corazón de muchos personajes famosos de la historia, como Luis XIV, Ronald Reagan y Sylvester Stallone—, su constitución hace que a menudo sean propensos a sufrir dolores de cabeza porque sus cráneos son demasiado pequeños, a sufrir fallos cardiacos y a tener problemas oculares.

Para Roaldset, la insuficiencia de diversidad genética a escala mundial lleva a esas razas hacia la extinción. “Y eso será muy doloroso para los animales, pues tendrán cada vez más enfermedades”, afirma.

“Perros sin papeles”

Debido a que hubo apelación, el veredicto divulgado el 31 de enero aún no tiene fuerza de ley, pero causó extrañeza entre los profesionales.

“Se dice que los perros nacen con dolores de cabeza. Yo no puedo creerlo”, dice Lise Gran-Henriksen, criadora desde hace 25 años, mientras mira a varios Cavalier King Charles correr sobre el hielo alrededor de su casa de Oslo. “Si fuera el caso, no serían tan felices. Son perros felices que se pasean y aparentan buena salud, porque gozan de ella“.

Los profesionales no cuestionan los “desafíos” que enfrentan ambas razas, pero consideran que pueden superarlos practicando una crianza selectiva con animales bien controlados a través de varias pruebas. Luego destacan que el veredicto no prohíbe poseer, vender o importar bulldogs y Cavalier; solo su crianza.

Mientras pasea a su bulldog Oscar en un parque de Oslo, Anne Grethe Holen teme que aumente el flujo de “perros sin papeles” provenientes de “fábricas de perros” situadas en el extranjero. “La demanda no se va a detener, pero los perros vendidos tendrán muchas más enfermedades”, señala. “Ne se les exigirá control veterinario y no se conocerá su linaje“.

Para la Sociedad protectora de animales, el destino de ambas razas pasa por el cruce con otras especies para disminuir sus debilidades genéticas. “Si el perro Cavalier lograra tener un cráneo más grande para albergar su cerebro, seguiría siendo el perro más encantador del mundo”, considera Roaldset. “Y si el bulldog se vuelve menos arrugado, con un hocico más largo y un esqueleto más robusto, no será más feo y permanecerá siendo bulldog”.