Suele decirse con cierta frecuencia que las mujeres maduran antes que los hombres, y de manera tan coloquial, que pocos saben si esto es un mito o una realidad, o si en el fondo esta afirmación está basada en evidencia demostrable.

Lo cierto es que podemos ver que las niñas, a partir de los 10 años aproximadamente, empiezan a modificar su comportamiento, adquieren rasgos más serios y expresan ideas y emociones más complejas, mientras que los niños mantienen cierta tendencia a ser más juguetones, explosivos y de reacciones inmediatas, más que reflexivas. (Vea también: Tome libreta y lápiz: así puede calcular si está sobreendeudado)

Exceptuando los diferenciadores de carácter, personalidad y temperamento, y más allá de los estereotipos de género convencionales, este asunto tiene una explicación científica clara que confirma que no es solo un mito. Según un estudio de 2016 de “Cerebral Cortex”, una revista académica de la Universidad de Oxford que publica investigaciones sobre evolución, desarrollo y plasticidad cerebral, los hombres tardan más en “actuar acorde con su edad” que las mujeres. De acuerdo con la investigación, el cerebro femenino establece conexiones más eficientes antes que el cerebro de los hombres. (Le puede interesar: Los 4 remedios caseros que son más efectivos para curar la tos)

“Parece que el proceso empieza unos años después del parto y continúa hasta alrededor de los 40 años”, explicó Sol Lim, coautor del estudio, en una entrevista con la publicación “Mic”.

 

El análisis se hizo en 121 personas de edades entre 4 y 40 años para buscar rastrear cómo se comunicaban las regiones del cerebro entre sí especialmente observando los tractos de fibras cerebrales que conectan unas células cerebrales con otras. El autor explicó que cuando el cerebro cambia y los tractos se reorganizan durante el desarrollo, el cerebro se deshace de los tractos que conectan células que están más cerca, pero mantiene aquellas que están más lejos. Los científicos utilizan el ejemplo de quien da un grito a otra persona en una habitación llena de personas que, a su vez, están hablando. Con seguridad, es más probable que el mensaje que queremos comunicar llegue claramente si hay menos personas hablando en la misma habitación. Lo mismo ocurre con el cerebro. El autor del estudio afirma lo siguiente:

“Durante las primeras semanas y años de la vida existe una sobreabundancia de neuronas, conexiones y pliegues de la corteza cerebral, luego se da un proceso de depuración y refinamiento, para hacer la red cerebral más económica y eficiente”.

 

Según el National Center for Biotechnology Information, entre los 10 y 19 años se produce la mayor reestructuración cerebral, desde anatómica hasta cognitiva.

Este proceso de selección y depuración es fundamental. Si bien cuando nacemos todos, independientemente de nuestro sexo, tenemos la misma cantidad de fibras neuronales, es en su depuración en donde radica la diferencia. A diferencia de lo que muchos pensarían, el cerebro cuando se desarrolla, en lugar de expandirse, condensa sus funciones para hacerse más ágil. Las conexiones que no se usan regularmente tienden a perderse, mientras que las que se utilizan con frecuencia se fortalecen y se vuelven más eficientes. Según la científica Sol Lim:

“este proceso de ‘poda selectiva’, que ocurre antes en el cerebro femenino, al cual se le llama desprendimiento preferencial, preserva las propiedades centrales de la red cerebral que son cruciales para el procesamiento de la información y el desarrollo cognitivo”.

Además, el estudio determinó que el cerebro de las mujeres tiende a tener conexiones más fuertes entre los dos hemisferios del cerebro, por lo que su capacidad de procesar información compleja se desarrolla más rápidamente. Y aunque depende mucho de aquello que entendamos como madurez, lo cierto es que existe evidencia suficiente que respalda que el desarrollo femenino inicia antes que el de los hombres, y no es gratuito que se complemente con los cambios físicos y sexuales que atraviesan las niñas durante la adolescencia. Por eso podríamos decir que la popular creencia tiene mucho de razón.