Abordar la contaminación plástica es el propósito principal detrás de este nuevo producto, pero también pretende ayudar al medio ambiente por medio de la reforestación.
Aparte de ser unos zapatos acolchados, livianos y resistentes, los ‘Johnnys’ tienen la innovadora cualidad de que pueden ser enterrados, ya que, escondido dentro de sus suelas hay una semilla de manzana envuelta en fertilizante.
Los materiales de los que están fabricados estos zapatos contienen compuestos naturales que atraen a los microorganismos para que se alimenten y descompongan el zapato en un periodo de tres años. Inclusive, si no son enterrados, aún así se biodegradarán.
«Lo bueno de este proyecto es que debido a que es una zapatilla biodegradable que crece hasta convertirse en un árbol, podemos ayudar a compensar la huella de carbono, pero también estamos ayudando a eliminar los plásticos», aseguró Houle.
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