Aprender sobre esto puede significar descubrir un verdadero potencial para nuestro país Colombia, y eso ya lo sabíamos, es uno de los países más biodiversos del mundo.

A partir de su riqueza en flora y fauna por metro cuadrado nos hemos ganado esta reputación. Pero otra manifestación de esto es la variedad de frutas con las que cuenta el país: más de mil especies que sólo existen en Colombia nos muestran una riqueza que conoce y defiende una inmensa minoría.

Y aunque el país se encuentra dentro de los 10 exportadores de frutas exóticas en el mundo, solo hemos explotado una muy pequeña fracción que tiene una gran oportunidad en los mercados internos y externos.

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Si mencionamos frutas como la piñuela, la granadilla de quijo, el sapote negro, la jaboticaba o el naidi, posiblemente pensarían que son frutas exóticas traídas de otros continentes.

Pero la verdad es que estas variedades son propias de nuestra geografía que hoy, con gran versatilidad, están siendo usadas en gastronomía, heladería e incluso coctelería, a la que se puede tener acceso en los mejores restaurantes y bares de las principales ciudades del país.

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Un gran promotor de una iniciativa para conocer y, en especial, recuperar este patrimonio es Gianpaolo Daguer, un ingeniero ambiental, de formación, con una gran carrera en el ámbito de la sostenibilidad y que traduce esta pasión por las frutas endémicas de nuestro país a través de un grupo denominado Frutas de Colombia.

Un día, navegando por las redes sociales, encontró otra persona con el mismo interés; decidió crear, entonces una cuenta en Facebook, completamente colaborativa, que se fue ampliando a otras redes.

“Pasó de ser un tema de redes, de una cuenta solitaria, a un algo que hemos denominado una iniciativa o un movimiento que busca conservar, proteger, y dar a conocer y encontrar alternativas para las frutas de nuestro país”, afirma su creador, en cuyas cuentas ya rondan los 10 mil seguidores.

Adicionalmente, ya cuentan con un grupo de trabajo de más de 250 personas que están buscando frutas en sus regiones, compartiendo lo que encuentran y generando un intercambio de conocimientos, prácticas y semillas, “recuperando muchas frutas raras que ya se habían perdido del panorama de los colombianos”, concluye Daguer.

Y aunque esta iniciativa nació motivada por temas ambientales, hoy se proyecta como un grupo con un enorme potencial.

“Lo que hemos descubierto es que estamos sentados sobre un gran potencial de desarrollar productos, de seguridad alimentaria, producir y conservar. Está relacionado con la gastronomía, de poder encontrar ingredientes auténticos, autóctonos que genere una nueva gastronomía sustentada en la sostenibilidad y en oportunidades para muchas comunidades”, afirma Daguer, apuntando a la gran oportunidad que esto representa para toda una cadena de valor de donde se podrían obtener distintos productos como licores, bebidas, mermeladas, concentrados y recetas, sacándole provecho a nuestra diversidad.

Y es que en las redes y los grupos de esta red se han publicado más de 250 reseñas de diferentes frutas que seguramente la mayoría de los colombianos no conoce y menos ha probado.

Frutas como camu-camu, piñuela, sapote negro, maracua, bacao, tamarindo de monte, huevos de gallo, caimito de monte y hasta fruta de mermelada de mora son algunas de las referencias de las que chefs, bartender o innovadores gastronómicos se han inspirado para crear platos, cocteles o helados que hoy se comercializan en restaurantes de ciudades como Bogotá o Cartagena y que reputados chefs han incluido en sus cartas para recuperar un patrimonio ancestral.

Por otro lado, hay potencialidades de nuestra biodiversidad que ya nos posicionan en el mundo. Tal es el caso del ancai o aidi, un fruto que crece silvestre en las selvas del pacifico o del piedemonte amazónico, y del cual somos el tercer productor en el mundo.

¿Qué tal si invirtiéramos en formación, tecnología e innovación?

Pasa igual con la vainilla silvestre, la cual se da en las selvas del pacífico, que hoy es usada principalmente por las comunidades, pero que tiene un mercado de nicho de alto valor económico en el mundo, como lo reseña un reciente estudio de la Universidad Javeriana.

Hoy nos estamos convirtiendo progresivamente en productores de frutas que provienen de otros países, como arándanos, aguacate o duraznos; y aunque esto puede ser una ventaja competitiva para el país, pues podemos producir durante todo el año, también debemos ver cómo potenciamos un patrimonio que nos ha llevado a ser el país biodiverso que somos.

Algunos productos que ya podemos encontrar:

  • 472 spirits – Produce licores a partir de frutas exóticas
  • NUKU – Produce pulpas de frutas raras
  • Sierra Nevada – Helados de frutas principalmente amazónicas
  • Selvática – Infusiones de frutas amazónicas
  • Corpocampo – Produce, transforma y comercializa Acai y palmitos silvestres del Putumayo
  • Akaira – Tienda especializada en productos con Acai como principal ingrediente

Algunos restaurantes que usan la diversidad de productos endémicos en sus propuestas gastronómicas:

  • OAK
  • Prudencia
  • Celele
  • Sauvage  

Si conocen de iniciativas que ya están impulsando este enrome potencia, nos encantaría conocerlos y seguir aprendiendo juntos.