Aunque hay un buen número de personas que tuvieron COVID-19 y obtuvieron una recuperación satisfactoria, casos como el de Kate McHenry, quien habló con el medio, no dejan buenas noticias para algunos; ahora, el olor del agua de su ducha le parece desagradable, al igual que el de su champú.

La mujer, que es una inglesa de 27 años, aseguró que sus sentidos de olfato, conocido parosmia (dificultad para identificar olores), y gusto empezaron a regresar días después de que dio negativo en la prueba, pero las cosas empezaron a oler de forma diferente, como a una especie de químico.

Este problema en 2 de sus sentidos ha hecho que McHenry tenga una pérdida de peso significativa, sufra de ansiedad y lamente no poder degustar de sus planes de comida como antes; además, teme que estas secuelas se vuelvan permanentes.

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Todo indica que el coronavirus daña los nervios terminales de la nariz, por lo que le es difícil para el cerebro reconocer los olores como antes; cabe mencionar que la parosmia también puede ocurrir por “sinusitis, resfriados comunes y lesiones en la cabeza”.

El portal añadió que la recuperación de este síndrome puede tardar años y aunque poder oler o degustar, así sea de forma errónea, un alimento es señal de restauración, se desconoce cuánto tiempo tardaría en volver a la normalidad.

El olfato es importante para la memoria, estado de ánimo y emociones“, detalló al medio Claire Hopkis, presidenta de la Sociedad Rinológica Británica.

Cabe mencionar que, aunque el olfato y gusto también se pierden por la gripe, hay diferencias notables cuando se da por el virus que actualmente aqueja al planeta.