Varias mascotas tienen dolor crónico que muchas veces no se puede identificar y cuando el cuidador finalmente se da cuenta, la enfermedad puede estar bastante avanzada, complicando mucho más la recuperación del animal.

Para actuar de forma preventiva y velar por el cuidado de las mascotas presentamos algunas recomendaciones para reconocer el dolor en los perros y gatos:

(Vea también: Vacunar contra la rabia, un compromiso mundial para salvar personas y mascotas)

Dejan de comer 

van perdiendo el apetito durante varias horas o días. Algunas veces dejan de tomar agua.

Se aíslan 

Buscan un sitio de la casa en donde normalmente no están, algunas veces lugares menos concurridos y oscuros como bajo de la cama, también duermen en lugares apartados.

Temblores 

Tiemblan de vez en cuando, inician una serie de movimientos de piel y musculares en zonas localizadas del y algunas veces se observan en todo el organismo. En ocasiones se incrementan estos temblores en la noche.

Disminuyen actividad física

No quieren salir a dar un paseo, caminan con dificultad, no saltan, dejan de subirse a la cama o a muebles y muchas veces tienen incapacidad para subir y bajar escaleras.

Cambio de carácter

Algunas mascotas que tienen un dolor crónico o agudo tienden a cambiar de comportamiento, se tornan más irritables, agresivas sin causa aparente o simplemente no se dejan acariciar.

Cambia la expresión 

Cuando los dolores son crónicos o muy agudos la expresión de la cara cambia, los ojos se cierran un poco, algunas veces presentan “ojeras” y se ven más tristes.

Jadeo y taquicardia

La respiración algunas veces se torna más rápida, jadean constantemente, y el ritmo cardíaco está más acelerado de lo normal, en ocasiones lo alcanzamos a percibir tocando su pecho.

Insomnio 

Si el dolor es persistente las mascotas dejan de dormir, no pueden conciliar el sueño y algunas veces si se pueden mover deambulan toda la noche por la casa, rasguñan puertas, cobijas y no se pueden acomodar.

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Gemidos o chillidos 

Cuando se intentan levantar o al alzarlos gritan o chillan, a veces intentan morder por la sensación dolorosa tan fuerte.

Rascado o lamido 

Se lamen, muerden o rascan incontrolablemente la parte del cuerpo que más les duele, muchas veces se puede confundir con alteraciones en la piel o con picadura de pulga. 

Si su mascota presenta alguno de estos signos o su comportamiento no es el mismo, se recomienda comunicarse de inmediato con el médico veterinario ya que puede estar sufriendo alguna enfermedad grave. Recuerde que no es conveniente auto medicarla ya que puede poner en riesgo la vida de su mascota.

Dr. Carlos Cifuentes

M.V.U. de la Salle