Avanza el Mes de la madre y en este surge el deseo de homenajear a la mujer que nos dio la vida. La multiplicidad de opciones es igual o superior a la variedad de gustos de las progenitoras.

Nathalie Jurado Ocampo, ginecóloga y obstetra, habló con LA PATRIA con el propósito de recomendar presentes más allá de lo material. Instó a salir de lo palpable y pasar a regalar bienestar a quien siempre nos ha cuidado.

La docente de la Universidad de Manizales, coordinadora del Área de Ginecología y Obstetricia de dicha institución, subrayó:

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Del chequeo ginecológico

Caldas tiene un alto índice de cáncer de cuello uterino, por lo que regalar a mamá evaluaciones que ayuden a detectar si se tiene el Virus del Papiloma Humano (VPH) resulta fundamental: Citología, test de VPH y colposcopia.

“El VPH es el principal precursor del cáncer de útero. Eso le da a una mujer que fue contagiada por el virus en lo sexual, la transmisión no es hereditaria ni porque sí. Lo contagian los hombres, cuando tienen relaciones anales (dan condilomas); o una mujer, si entre dos se comparten juguetes eróticos. Aparece si no utilicé condón o no tuve los cuidados de prevención, me contagian”, dijo Jurado.

Inicialmente, según la ginecóloga, la enfermedad puede ser asintomática. Dijo que se puede vivir 3, 4 y 5 años sin síntomas. Que se ve cuando se va a algún chequeo después de muchos años.

“El test del VPH resulta, ahora, más importante que una citología. Las mujeres a partir de los 25 años en Colombia deberían tomarse ese test, que es similar a una citología, en el que sale si se es negativa o positiva”.

Si se es portadora, lo que procede -señaló Jurado- es una colposcopia en la que se verían posibles lesiones. Es que también está la posibilidad de que sea portadora, pero sin tener signos o síntomas de lesión.

“Las lesiones suelen ser como lunares. La idea es eliminar ese virus del cuerpo y no quedarse con él. Entre más esté en el cuerpo, mayor riesgo de desarrollar malignidad y cáncer. Estas pacientes deben exigirles a sus parejas el uso del condón; mientras tengan la lesión. Además de ingerir multivitamínicos, hacer ejercicio y meditar, lo que sirve para el control del peso”, subrayó Jurado. Si la mujer tiene menos de 45 años, advierte, procede la vacunación contra el VPH. Eso ayuda a que haya una mejor respuesta inmunológica.

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La profesional agregó que el cáncer aparece, regularmente, cuando se pasan 10-15 años sin ir a una citología.

El precio del test mencionado oscila entre $150 mil y $250 mil. En casos muy precisos va de cuenta del sistema de salud. Las citologías, en tanto, tienen una baja sensibilidad y un costo promedio de $70 mil.

De lo relativo a las mamas

También es importante hacer un seguimiento adecuado a las mamas, según Jurado. Recomendó llevar a mamá a que le expliquen cómo cuidar de sus senos, especialmente, a las mayores de 40 años. Esto debe ser prioritario en aquellas con antecedentes familiares de cáncer de mama.

“Aquí lo importante es el autoexamen. Puede ser que yo tenga un cáncer que apenas esté empezando, muy chiquito, y no me lo toque. Pero una masita, un quiste, si se puede palpar, más si conozco mi anatomía regular”.

Ahí se falla, aseguró la docente, cuando la fémina no se toca con regularidad, pues así no logra advertir los cambios que pueden terminar en lesiones malignas, que pueden hacer metástasis en otras partes del organismo.

“Tengo que saber cómo son mis senos cuando estoy menstruando, cómo cuando estoy ovulando y cómo en lo premenstrual. Hay que alertarse cuando se palpa alguna protuberancia o inflamación y no se está ovulando o con el periodo, en esa semana después en la que no hay tanta hormona”.

La mayoría de las lesiones, agradeció Jurado, son benignas. Sin embargo, instó a consultar siempre para descartar condiciones que puedan afectar.

“Si la mujer tiene más de 35 años y hay sensación de una masita, generalmente lo que se debe hacer es una mamografía. A cualquier edad, más que preocuparse por los antecedentes de mama, hay que optar por un estilo de vida saludable, con una alimentación balanceada y orgánica, en la que haya ejercicio y en la que se eviten disruptores endocrinos (tintes de cabello, láser, químicos utilizados en los arreglos dentales, etc) para mantenerse en un buen peso. La obesidad tiene más riesgo de cáncer que cualquier otra cosa. Una mala microbiota, el estrés y la ansiedad también afectan”.

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En las menores de 35, en tanto, se hacen ecografías. Para pacientes en este rango de edad, para definir una posible malignidad, lo que se hace es una resonancia.

“Dentro de los chequeos básicos, si no se siente nada, las mujeres deberían hacerse -por prevención- una mamografía, si se tiene más de 50 años (así lo exige la normatividad colombiana). Aquellas con antecedentes lo debieran hacer antes de los 40”, explicó Jurado.

Agregó: “Si quieren hacerse un seguimiento, sin tanta irradiación (lo que en exceso puede llevar a un cáncer de tiroides) y no hay factores de riesgo, se pueden hacer una ecografía. Igual deben cumplir, cada 2 años y desde los 50, con la mamografía”.