Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 6, 2025 - 8:47 am
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La Bienal Internacional de Arte de Antioquia y Medellín (BIAM 2025) representa, tras más de cuatro décadas de espera, el renacimiento de una de las iniciativas culturales más significativas en Colombia. Este evento, que tendrá lugar del 2 de octubre al 25 de noviembre, acoge más de 300 obras de 120 artistas provenientes de distintas partes del mundo. Con la propuesta curatorial titulada “El arte, una ventana a la libertad”, la BIAM 2025 busca reactivar y rendir homenaje al legado de las célebres Bienales de Coltejer (realizadas en 1968, 1970, 1972) y de la bienal de 1981, al tiempo que ofrece un puente para la integración de nuevas generaciones y perspectivas contemporáneas en el ámbito artístico regional, según el texto oficial del evento.

Uno de los aspectos más destacados de esta edición es la estrategia de descentralización territorial. A diferencia de las versiones pasadas, la BIAM 2025 no se limita a la capital antioqueña, sino que extiende su presencia a museos, casas de cultura, universidades y espacios alternativos tanto en Medellín como en otros 15 municipios del departamento. Este despliegue, de acuerdo con El Espectador, se alinea eficazmente con las políticas culturales regionales orientadas hacia la inclusión y la participación activa de comunidades rurales y periféricas, lo cual resulta fundamental para la consolidación de procesos de paz y reconciliación en regiones históricamente marcadas por el conflicto.

Bajo la dirección del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia (ICPA), la bienal prevé una asistencia cercana a las 400.000 personas y la generación de alrededor de 2.000 empleos entre directos e indirectos, abarcando sectores como las artes plásticas, el turismo y la economía creativa. Estas proyecciones refuerzan la noción de que el impacto de la BIAM trasciende el ámbito artístico: según el Informe UNESCO 2023 sobre festivales culturales, eventos de esta magnitud pueden dinamizar las economías locales y fomentar la inclusión laboral, especialmente dentro del sector creativo.

La programación artística se nutre de la participación de figuras de renombre internacional como el japonés Azuma Makoto, quien inauguró la bienal con una instalación en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario en El Retiro. Este tipo de intervenciones en espacios no convencionales, de acuerdo con The Art Newspaper, enriquecen la experiencia estética y profundizan en el diálogo entre el arte contemporáneo y el patrimonio cultural, tanto material como inmaterial.

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Además, la muestra “Línea Histórica y Maestros” en el Museo de Antioquia propone una revisión del legado de las bienales pasadas y su influencia en la construcción del imaginario artístico local. El catálogo de 2025 del propio museo resalta cómo esta exposición permite analizar las continuidades y rupturas en el arte regional, ofreciendo una perspectiva crítica y contextualizada. Paralelamente, la inclusión de talleres, recorridos guiados y conversatorios gratuitos refleja el esfuerzo explícito por democratizar el acceso al arte y fomentar el pensamiento crítico, en línea con las recomendaciones del Consejo Internacional de Museos (ICOM, 2024) para la activación social a través de la cultura.

Así, la BIAM 2025 se configura no solo como el rescate de una tradición artística, sino como un espacio multifacético enfocado en la transformación cultural, social y económica de Antioquia, tendiendo puentes entre el pasado y un futuro más abierto, inclusivo y creativo.

¿Por qué es relevante descentralizar eventos artísticos como la BIAM? La descentralización de la BIAM 2025 adquiere especial significado en el contexto colombiano, donde históricamente la oferta cultural se ha concentrado en las grandes ciudades, dejando a las regiones periféricas con acceso limitado. Extender la bienal a 15 municipios y nueve subregiones, como señala El Espectador, responde a una necesidad de inclusión y participación que fortalece la identidad local y da nuevas oportunidades a las comunidades. Esta estrategia es considerada fundamental para potenciar la cultura como herramienta de cohesión social y desarrollo en territorios afectados por el conflicto.

Este alcance territorial permite que el arte dialoge con públicos diversos y se constituya en motor de procesos de reconciliación y reconstrucción del tejido social. Así, la descentralización no solo democratiza el acceso, sino que también habilita espacios de reflexión y expresión artística que contribuyen a una mayor equidad cultural en Antioquia.

¿Qué impacto tiene el arte contemporáneo en la transformación social? El arte contemporáneo, según las políticas culturales internacionales citadas por el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y la UNESCO, posee un potencial transformador cuando se articula con iniciativas abiertas y comunitarias, como lo demuestra la BIAM 2025. En el caso antioqueño, integrar instalaciones en espacios no convencionales y promover actividades educativas gratuitas favorece la participación y el pensamiento crítico.

De esta manera, el arte deja de ser un ámbito exclusivo para convertirse en un catalizador de cambios sociales, a través de la reflexión, el debate y la construcción de nuevas narrativas. Así, el enfoque de la BIAM 2025 reafirma la creencia de que las expresiones artísticas pueden contribuir al desarrollo social y al fortalecimiento de nuevas identidades en escenarios posconflicto.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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