Como papás posiblemente hemos llegado al punto de sentirnos desbordados, en que muchas cosas se acumulan a la vez y llegamos al límite, a un paso de colapsarnos. No te preocupes, no eres el único o la única que ha pasado por esto.

Existen muchas razones por las que la maternidad, junto a las demás responsabilidades de la vida adulta, llegan a un punto insostenible, en el que quisiéramos tomarnos unas vacaciones de ser padres. Aunque no lo creas, hay un país que sí cuenta con este descanso.

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El país con descanso para los padres estresados

Alemania es (muy probablemente) el único país del mundo en que los padres que pasan por dificultades tienen derecho legal a un “kur”, un retiro de salud de 3 semanas de duración, cada 4 años.

El kur debe ser recetado por un médico y es financiado en mayor medida por el seguro. Incluye la estancia en una clínica especializada para acompañar este descanso, las comidas, el cuidado de los niños y las actividades y terapias personalizadas que se requieran como meditación, terapia de conversación, relajación muscular o consejos para tener una rutina más saludable.

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Este retiro se puede solicitar no solo cuando ya se debe tratar un problema de salud, sino también como una medida preventiva al ver señales de alerta, ya que son tiempos muy efectivos para frenar el avance de problemas relativamente leves para que no se conviertan en complicaciones más serias.

El estrés, la tensión y la presión en el ámbito laboral y familiar del día a día está empeorando (especialmente desde el inicio de la pandemia y los confinamientos) y muchas de las personas que llegan a estas clínicas no acuden por prevención sino que necesitan un tratamiento.

Entre los problemas más comunes tratados están la ansiedad, el insomnio o síntomas depresivos, combinados con problemas físicos como dolores de espalda o de rodilla.

Estos retiros sirven principalmente para desconectar y para comenzar un trabajo personal profundo para revertir la situación.

Kur: su enfoque terapéutico

La creadora de estos retiros fue Elly Heuss-Knapp, política y esposa del entonces presidente de Alemania, Theodor Heuss. Luego de la Segunda Guerra Mundial fundó la “Müttergenesungswerk”, una especie de asilo para madres convalecientes para dar apoyo a las mujeres agotadas que sufrían por los efectos de la guerra y la desnutrición, mientras cuidaban a sus hijos y esposos que en muchos casos llegaban traumatizados por el conflicto bélico.

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Actualmente el agotamiento de los padres puede crear un distanciamiento emocional con sus hijos y puede incrementar el riesgo de abandono infantil o violencia contra los niños como respuesta a la sensación de impotencia e ineficiencia de los padres para atender correctamente a los pequeños.

Esta situación también puede afectar a los niños, llevándolos a desarrollar problemas de conducta o de salud.

Además, se debe añadir los factores de la presión social, las expectativas de lo que se espera de una familia o la doble responsabilidad de tener que encargarse de la asistencia de niños y los padres ancianos. Todas estas variables combinadas pueden derivar en una enfermedad.

Estos retiros buscan que la carga de cuidar a los hijos sea llevadera, ayudan a conectar con los hijos y lidiar con conflictos familiares desde otra visión.

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Es claro que un retiro de tres semanas no hará desaparecer por arte de magia todos los retos o problemas que hemos mencionado, pero puede traer beneficios a largo plazo ya que tienen un enfoque terapéutico que le saca provecho realmente a este descanso o sino no serviría de nada.

Lo que recomiendan los expertos es que se repita este retiro cada pocos años si los problemas de salud reaparecen (o empeoran), hacer un seguimiento y brindar apoyo a los padres para usen las técnicas aprendidas en su vida cotidiana, así habrá un mejor aprendizaje de uno mismo, sabrán conectar con los hijos y podrán lidiar con los conflictos familiares desde otra perspectiva.