Diferentes estudios a lo largo de los años han demostrado que el cuerpo de una mujer cambia drásticamente cuando se convierte en madre, incluyendo su cerebro. Durante 9 meses se ha estado formando una vida en su interior y, cuando nace su bebé, los cambios hormonales hacen que su cerebro se centre en trabajar en pro del bienestar y la seguridad de su hijo.

Además, también se ha podido confirmar que esos cambios cerebrales en la mujer serán definitivos: desde el momento en que se convierte en madre, su cerebro no volverá a pensar en sí misma en primer lugar, sino que su prioridad será la seguridad de su bebé.

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Ahora las investigaciones han tomado nuevos rumbos, abarcando áreas que se habían dejado de lado y es el efecto en los padres. Un nuevo estudio confirmó que el cerebro de los papás también cambia con la llegada de su primer hijo. En el caso de los hombres su cerebro “se encoge”. Pero tranquilos, esto no es malo.

Así cambia el cerebro de los padres primerizos

 

El estudio, publicado en la revista Cerebral Cortex y desarrollado por el Instituto de Investigación Sanitaria de Gregorio Marañón (IiSGM), revela que el cerebro de los padres primerizos se contrae luego de que nazca su bebé.

Y aunque suene un poco extraño, este encogimiento tiene una razón de ser y, de acuerdo con este estudio, el cuerpo reacciona así para potenciar la conexión con el bebé.

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Los resultados también revelaron que el cerebro cambia y se adapta a las necesidades del niño de una manera más sutil que el de las madres; de aquí que siempre hayan pasado desapercibidos estos cambios.

Los investigadores estudiaron el cerebro de 40 hombres antes y después de ser padres por primera vez, todos con algo en común: tuvieron un papel activo durante los 9 meses de gestación de sus parejas.

Para llegar a la conclusión de esta contracción, sometieron a los padres a varias resonancias magnéticas, en los que se iba evaluando cualquier variación.

Los resultados mostraron que el volumen cerebral de algunas zonas iba reduciéndose a medida que iba avanzando el embarazo. La que más cambios sufrió fue la materia gris cortical, que se asocia con la recompensa y la motivación.

También observaron que, al ver una imagen de su hijo, otras zonas del cerebro se contraen, lo que los investigadores atribuyen a la construcción del afecto y el apego entre padre e hijo.

“Esto respalda la posibilidad de que la transición a la paternidad pueda representar una ventana significativa de neuroplasticidad estructural inducida por la experiencia de los hombres”, aseguran los autores.