La abuela, residente en Brisbane (Australia), cogió las serpientes y las puso en una caja de plástico que tenía el hombre. Tras cumplir su arriesgada tarea, rió a carcajadas.
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A pesar de lo que hizo, la abuela reconoció que es peligroso y aseguró a 7 News Brisbane que no le recomienda a nadie seguir su ejemplo.
El video de su hazaña se publicó en Facebook y cuenta con más de un millón de reproducciones, así como con miles de reacciones.
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