La mujer, de origen neozelandés, quería celebrar con su pareja un mes de vivir en Indonesia. Para ello eligió una villa ubicada a dos horas de su lugar de residencia, en la isla de Bali, según cuenta el New York Post.

Al llegar se encontró con un panorama nada parecido a lo que vendía la publicación de Airbnb para la escapada romántica que tenía pensada: ventanas rotas, jardines descuidados y con maleza, una piscina verde y ni un alma en los alrededores.

Según ella, se confió porque la publicación tenía buenas calificaciones y el dueño incluso tenía establecido un horario para atender a sus posibles clientes.

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La aplicación prometió devolverle los alrededor de 80 dólares que había pagado por el servicio y dio de baja la publicación que, al parecer, jamás estuvo realmente disponible, agrega el rotativo.

Sin embargo, Robertson cuenta que el sitio estaba posicionado como el mejor de los alrededores, y sus buenas opiniones también se extendían a otras páginas especializadas.

En un video de su cuenta de TikTok se puede comprobar el precario estado del lugar:

@atypical_adventure Thanks @airbnb #airbnbfinds #abandonedplaces #abandonedhotel ♬ original sound – atypical_adventure