Los familiares de la mujer, quien murió en mayo de 2018 a los 87 años, desconocían que Sheila tuviera tanto dinero porque ella nunca habló de ello, informó New Castle Herald.

La australiana nunca se casó y tampoco tuvo hijos, por lo que se dedicó a ayudar a los más necesitados a través de donaciones a diferentes entidades, de ahí que su última voluntad fuera seguir colaborando, indicó el periódico local.

Lee También

Kent Woodcock, tutor y primo en segundo grado de Sheila, indicó al mismo medio que si bien ella nunca habló de la plata que poseía, él sí notaba que muchas organizaciones le agradecían por altas sumas de dinero que recibían de su parte.

Según el testimonio de Woodcock, ella pidió que no le dieran ningún reconocimiento por su generosidad principalmente porque vivía sola y le daba miedo que le hicieran daño.

Durante la entrevista con New Castle Herald, el hombre no mencionó si la bondadosa mujer también le heredó una suma tan significativa a su familia.