Más allá del silencio es más que un pódcast. Es una ventana a las conversaciones que importan. Conducido por Rafael Poveda, este espacio se dedica a explorar los temas más polémicos y controvertidos de nuestra época. Cada episodio es una inmersión profunda, con un enfoque investigativo y crítico, en los casos que resuenan en nuestra sociedad. Únete...
La vendedora Johanna Galindo afirma que su suegra fue la que le hizo la brujería que, además, le habría hecho perder hasta un embarazo. Le dijeron que había quedado, también, estéril.
Sin ninguna razón, el esposo la dejó de un momento a otro, pues pasó del amor al odio por causas inexplicables. Hasta quedó desempleada.
La experta en temas paranormales, la clarividente Jenny Valbuena narra lo que hizo para sacar adelante a esa mujer que se hundió en una profunda depresión.
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¿Qué tan frecuentes son estos casos que parecen hasta inverosímiles? Son más comunes de lo que gente cree. ¿Cuántas veces han conocido casos de parejas muy enamoradas que tienen muchos detalles entre sí, con ganas de tener hijos, de comprar casa, de prosperar como familia pero que, de un momento a otro, todo se va al traste porque alguna de las dos cambia? Por inexplicables razones, se pasa del intenso amor al desprecio más absoluto y esto se ve reflejado en no querer estar más con esa persona. La pregunta que surge es: ¿Qué pasó ahí?
El podcast ‘Más allá del silencio con Rafa Poveda’ presenta el misterioso caso que le ocurrió a la vendedora Johanna Galindo, una mujer a la que no solo se le destruyó inexplicablemente su matrimonio sino también le sobrevino, en su momento, la pérdida de su primer bebé. Todo, al parecer, por una brujería.
Para explicar lo que le pasó a esta mujer, en el podcast se entrevistó, además, a la clarividente, médium y espiritista, Jenny Valbuena. Ella fue la que liberó a Johanna de este mundo de maldad que no vino por casualidad sino por cuenta de alguien que le mandó a hacer ese trabajo de magia negra recurriendo a entidades del más allá.
Con brujería derrumbaron su matrimonio
“Yo tenía una relación muy bonita, llena de amor, pura, transparente. Yo a él lo amé mucho, no nos faltaba nada, todo iba muy bien, teníamos planes de comprarnos una casa y de tener un hijo varón”, recuerda Johanna.
Y prosigue: “Él era un hombre muy amoroso, muy detallista, pero de un momento a otro empezó a cambiar su actitud hacia mi, sus gestos, su mirada y todo lo que habíamos construidos por 5 años se derrumbó”. Él trabajaba en una empresa de seguridad, ella ejercía en el mundo de las ventas.
Un día cualquiera empezó a cambiar la relación. Ya no era la misma. “Él comenzó a tratarme mal, se volvió un hombre frío, distante. Ya no se veía amor entre nosotros”, recuerda esta bogotana.
Esa relación ideal en la que él la llevaba y la recogía del trabajo, la sacaba a pasear, a comer, permanecía junto a ella, empezaba a quedar poco o prácticamente en la nada. “Ya el ambiente se tornó pesado, comenzó a cambiar, a tratarme con indiferencia, a hacerme a un lado. Por ejemplo, si estaba en la habitación, él se iba para la sala, su trato era con desprecio, con fastidio, me miraba con odio. Era una mirada negra, fría, penetrante, ya no había amor ahí, ya no era una mirada de ternura”, evoca la mujer.
“No hubo más flores, no hubo más amor, no más salidas. Estaba totalmente distante y frío. Llegó un día en el que nos separamos”.
“Me acuerdo que fue un 30 de diciembre a las 6 y 30 de la mañana, desde hacía tres días antes que él no llegaba a casa. Me acuerdo que me dijo que le preparara una cena, yo me quedé con la comida en la estufa porque nunca llegó, apareció el 30, discutimos, no en malos términos, pero ahí se acabó todo”.
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Sin imaginarlo, apenas comenzaba la racha de mala suerte para esta mujer. De un momento a otro también se quedó sin trabajo y sin plata. Y tuvo que volver a casa de sus padres. ¡El caos! “Fui adonde mis papás, no tenía adonde más ir”, reconoce la víctima de lo que se sabrá en breve que fue víctima de una brujería por parte de quien menos se lo esperaba…
“Buscaba trabajo y no lo encontraba, adonde yo llegaba la respuesta era negativa, no pude encontrar un trabajo hasta el punto que yo ya no tenía dinero para comprarme un pan”.
Este negro panorama la hizo entristecer. Y hubo un agravante: su salud comenzó a deteriorarse. “Empecé a tener muchos dolores de cabeza, el estómago se me inflamó y sentía una pesadez como si estuviera cargando algo. Además, sentía tembladera, entraba en momentos de mal genio, de ahí pasaba al llanto, a una depresión. Ya no hablaba ni decía nada, era como una persona inerte. Fui al médico, pero todos los exámenes me salían bien. Pero yo sí sentía que se me movía algo dentro de mi estómago y que tampoco coordinaba bien mis pensamientos”, expresa.
“Al poco tiempo de la nada tuve una hemorragia, ahí fue cuando yo me enteré de que estaba embarazada. Fui al médico y mis trompas ya no servían. Mi ginecólogo me informó que por la pérdida del bebé mi sistema reproductivo estaba mal y que ya no podía ser mamá. Para mi eso fue terrible, yo siempre quise ser mamá y estaba afectaba mi proyecto de vida”.
“El tiempo pasó y yo quedé en un punto en donde ni avanzaba, ni retrocedía, acudí a varios sitios, por ejemplo, donde un pastor buscando ayuda, buscando el por qué, buscando soluciones, buscando de donde agarrarme para seguir. Allí no pasó nada. Recurrí a unas misas de sanación pero tampoco, seguía pasando el tiempo y yo iba de mal en peor”.
Poseída por espíritus
“Entonces un día me encontré con una amiga que no veía hace mucho tiempo que me dijo que sabía de una muchacha que, de pronto, me podía ayudar, pero que estaba en el Llano. Me dieron el número de ella”, rememora.
“Cuando yo llamo a Jenny, ella me dice: hola, ¿Cómo estás? Dame tu nombre y tu fecha de nacimiento. Se los di. Veo que tenías una relación amorosa de varios años, pero que de un momento a otro todo cambió. Ustedes estaban muy bien, el hombre con el que tú estabas era un hombre alto y él te quiere mucho pero el empezó a cambiar contigo, también veo que perdiste un bebé. Cuando ella me dijo que había perdido un bebé eso no lo sabía nadie. Solo lo sabían mis padres, mi hermana y yo. Era una cosa muy íntima de no contar a nadie, pero ella si me dijo. Cuando ella me dijo yo me quede callada”.
“Ella me dice si quieres yo voy hasta allá porque hay que hacer un tratamiento. Yo le dije que sí. Ella llega a la casa de mis padres y se sienta en el comedor. Nos sentamos alrededor de la mesa y ella empieza a sacar sus cartas y a organizarlas. Me dice muchas cosas más y muchos detalles que solo la familia sabía”.
La espiritista Jenny Valbuena narra al podcast “Más Allá del Silencio con Rafa Poveda” lo que vino en este caso: “Fue para mi bastante fuerte. La energía que yo sentí con el vibrato de la voz cuando me llamó fue una energía muy densa, yo sentí una entidad que me dijo: ¡Aquí estoy! Ahí automáticamente sentí que había un espíritu desencarnado al lado de ella. Esto lo supe a través de mis guías espirituales, que me acompañan desde niña, son guías de luz y ellos son los que me permiten ver a través de la clarividencia, ver lo que le esta pasando a una persona”.




“Pude visualizar de forma extrasensorial lo que le estaba pasando a ella, vi que un hombre alto, de tez blanca, se estaba alejando de ella. Estaba sintiendo mucha frustración y dolor en su corazón y vi la pérdida del bebé, pero la vi tan mal pues sentía la vibración energética tan mal que le dije que era mejor verla personalmente. Hay veces que las vibraciones de la energía no es lo misma en persona que por teléfono”.
“Cuando me encuentro con ella cara a cara y le hago su lectura de tarot veo a dos entidades a lado de ella. Y le digo: tú no estas sola, a ti te hicieron una brujería y es una brujería bastante fuerte”.
Eran espíritus desencarnados porque las entidades están divididas, dentro del espiritismo, en espíritus altos, medios y bajos. Los bajos son espantos y demonios. En el caso de ella eran espíritus desencarnados que son espíritus medios. La habían trabajado con almas de muertos. Eran dos almas de muertos que estaban allí pegadas a ella.
Y continúa explicando la espiritista: “En la mayoría de trabajos de magia negra, utilizan o esclavizan algunos espíritus o almas de personas que fallecieron, por ejemplo, de suicidios, o de tumbas de NN (Cuerpos no identificados) y utilizan esas almas errantes de esas personas para hacer el mal, en sí el espíritu no es dañino, simplemente, lo están utilizando como un instrumento de maldad porque ellos no tienen la fuerza suficiente para decir: no me utilicen”.
“Hay algunos brujos que se valen de esas magias oscuras para hacerle el daño a otras personas. ¿Y qué es lo que hacen esos espíritus? Absorben completamente la energía de quien atacan, se pegan como garrapatas energéticas y empiezan a absorber energía vital. Así la persona empieza a sentirse agotada, cansada, se les cae hasta el cabello, además, no pueden dormir bien y empiezan una serie de síntomas como que les da mucha sed, como le pasaba a Johanna, que sentía el estómago inflamado que esa es la forma de actuar de los espíritus”.
Analiza la médium Jenny: “Cuando estos espíritus se empiezan a pegar a nuestra capa úrica ellos empiezan a absorber energía, la persona se empieza a envejecer y llega a un estado de enfermedad que lo lleva a la cama y de ahí no se vuelve a parar. Es bastante grave que hagan ese tipo de trabajos hacia una persona. En el caso de Johanna fue algo de verdad impactante lo que ella es vivió, menos mal no queda nada”.
“Johanna estaba con un aura completamente oscura, se veía muy demacrada, la carita como cadavérica, las facciones como muy pronunciadas, vivía como encogida, como agachada y vivía muy temblorosa”, recuerda la clarividente llanera.
Sintió como si su cuerpo se quemara
“Luego de eso empecé el diálogo con ella para que tuviera un despertar de conciencia, para que reconsiderara quién era ella, a qué vino a este plano, qué futuro iba a llegar para ella y buscar la manera de hacer un cerco espiritual para hacerle la guerra a esas entidades negativas”.
¿Qué sintió Johanna cuando comenzó a tratarse con la espiritista? “Empecé a sentir tranquilidad, entonces, ella me dijo que me preparara para empezar el tratamiento, organizamos otro encuentro y me dice que tome bastante agua y que me vista de blanco y que cuando ella llegara estuviera descalza. Cuando ella llegaría, ella llegaba con unos cirios, con unas velas blancas y con una hierba, con plantas”.
Y explica la espiritista: “Para la ritualización de Johanna llevé rompesaragüey, ayahuasca, ruda, mata ratón y destrancadera. Los cirios eran blancos porque como íbamos a hacer liberación con alta luz, con ángeles, con arcángeles, huestes angélicas y maestros ascendidos y por respeto a ellos la persona que vamos liberar tiene que estar vestida de blanco y estar descalza porque tiene que enraizarse con la tierra, se tiene que hacer alumbramiento por ofrecimiento y las plantas las llevamos porque son plantas sagradas para poder limpiar la parte áurica de la persona”.
¿Cuáles espíritus de luz hacen presencia en la ceremonia? “El Arcángel San Miguel, el Arcángel Jofiel, el Arcángel Chamuel, el Arcángel San Gabriel, el Arcángel San Rafael, Arcángel Uriel y el Arcángel Sadkiel, porque cada arcángel cumple una misión en todos los seres humanos. Ellos transforman, cambian y revitalizan a las personas, todo lo que es negativo cambia a ser positivo”, dice la experta en el más allá.
Y continúa: “Con Johana hicimos una decretación muy linda que es del Arcángel San Miguel que yo se la hice repetir muchas veces cuando estábamos en la sesión. Mientras que yo conjuraba, ella repetía: con el amor crezco, con el amor me fortalezco y con el amor me revuelvo”.
“Digamos que todas las liberaciones que son por espíritus de luz siempre vamos a liberar con el amor de Dios”.
Refiere la víctima del embrujo lo que vivió en esa sesión deliberación: “Empiezo a sentir como si una llamarada me envolviera, sentía como si mi cuerpo se quemara. De un momento a otro sentía un frio intenso, empiezo a llorar, no podía hablar. Yo lloraba y por dentro sentía mucho dolor, angustia, todo lo feo que yo estaba viviendo en ese momento”. “Mi cuerpo empieza a temblar, yo pensaba que me iba desvanecer y sentía mucho agotamiento. Jenny llamaba a Dios, a los arcángeles y a la virgen milagrosa, de un momento a otro ella coge las hierbas y empieza golpear mi cuerpo. Cuando acaba la sesión yo seguía llorando, ella me dice que me tranquilizara, que bebiera mucha agua, que haga un altar a San Miguel Arcángel
La espiritista le hace una recomendación y una advertencia: “Me dijo que descanse, que trate de dormir, que no me asuste que alguien iba esa noche a visitarme en mi casa”.




Al respecto la Jenny explica: “Yo le dije: vas a sentir una presencia, si llega alguien no te asustes, tranquila, porque yo trabajo con espíritus altos, con sanación con San Germain, con nuestro hermano José Gregorio Hernández, pero que en el caso de ella necesitaba una fuerza más alta y fueron elegidos nuestros amados San Miguel Arcángel, San Rafael Arcángel y San Gabriel Arcángel”.
“Yo sabía y sentía la gran presencia de ellos cuando yo hice la oración y la imposición de manos, yo sabía que ellos iban a visitarla, por eso se lo dije”.
Tal cual le predijo Jenny le sucedió a Johanna. “Veo una luz blanca resplandeciente, pero yo no sentía miedo, sentí fue tranquilidad. No sé si estaba dormida, si soñé, pero yo vi una luz resplandeciente, es un color que yo no lo puedo describir, lo vi en ese momento y no lo he vuelto a ver nunca más”.
Narra la víctima del embrujo: “Me quedé dormida otra vez y en la madrugada empiezo a sentir dolor fuertísimo en el estómago. Salgo corriendo al baño y empiezo a vomitar lo que me sale es una cosa fea, babas, expulsaba algo negro y de un olor terrible. Yo no entendía, yo no sabía que estaba pasando, cuando yo veo algo negro me descontrolo, no sé qué es eso ni por que me estaba saliendo eso”.
“La mañana siguiente mi mamá llama a Jenny y ella le dice que es normal, que tranquila, porque estaba expulsando el bebedizo que me habían dado”
La suegra le había dado bebedizo en una sopa
La tarotista Jenny prosigue su relato: “Cuando yo entro hacer la canalización con Johanna, cuando hago la consulta del tarot y se los comenté a ellos, que me salía que le habían dado brujería en una comida, pero en realidad no sabía si era en algo sólido o líquido, después cuando le hice imposición de manos le dije a ella: a ti te dieron algo en un plato a dos manos y fue una mujer y se la describí y ella se atacó a llorar”.
¿Y cómo se hace un trabajo de brujería con el que recibió Johanna? “Cuando hacen este tipo de trabajos lo hacen de muchas formas: pueden utilizar tierra de cementerio, pueden valerse de muchas cosas negativas para que una persona se le haga daño corporal. Las personas no se alcanzan a imaginar las grandes consecuencias que puede traer hacer la magia negra, porque la magia negra puede llevar incluso hasta que una persona tenga un pensamiento loco y se mate. Esto porque son los espíritus los que empiezan a actuar y como a poseer la energía y la siquis de esa persona”.
“El día que yo hago la imposición de manos sobre Johana pude visualizar a una mujer trigueña que le había dado un plato a dos manos y era como una especie de sopa. Ella se pudo a llorar dentro de la liberación. Tiene que ser consciente de que el cuerpo tiene que botar eso de alguna forma”.
“Para eso fue que yo empecé a hacer el llamado de sanación y liberación sobre ella, pero necesitábamos una fuerza mayor, no cualquier espíritu. Necesitábamos la fuerza más alta esa fuerza más alta es la de Dios y todo su ejército angelical. En ese momento empezamos así y por eso fue que empezó con toda la manifestación en su cuerpo porque estaba expulsando el mal”.
“En este caso le hicieron un trabajo de separación por que querían que el esposo le cogiera mucha rabia. Cogen la debilidad de la persona que sea más voluble o agresiva. En ese caso era el esposo de ella que se volvió agresivo. Por eso le cambio la mirada porque él ya tenía una posesión más fuerte, él era una persona noble dentro de la relación, ella recibió el daño más físico y emocional.
Y sigue explicando Jenny: “El trabajo estaba hecho para los dos. Cuando nosotras hicimos la liberación, a pesar de que Johana me dijo: Jenny yo ya le cogí miedo a esas personas. No quiero acercarme a ellas. Yo le dije: Nos toca hacer liberación nombrándolo a él. Y ella me dijo: sí, pero yo no quiero volver con él”.
¿De quién eran esas dos manos que le dieron la sopa? Responde Johanna: Eran de un familiar de él. Y me acuerdo cuando Jenny me dijo: Era la mamá. Ella fue de visita a mi casa. Ella preparó una sopa. A mi no me gustaban las sopas. Pero, el olor de esa sopa hizo que me dieran ganas de comer y así es como la señora fue y me llevó el plato en las dos manos. Al otro día muy temprano la señora se fue.
La experta en ciencias ocultas afirma: “El caso de Johanna fue bastante fuerte debido a que hubo una brujería en la comida y la brujería en la comida causa cosas catastróficas o males postizos, puede que una persona quede enterrada en una cama por muchos años y no logren saber qué les pasó”.
Dice la embrujada: “Fueron muy contadas las veces que fue la suegra a mi casa, el día que ella me dio esa sopa, ella me dijo: usted no va amarrar a mi hijo con un chino. Yo en ese momento ni le entendí. Yo contra la señora no tenía nada, pero si notaba como desprecio hacia mi”.
“Cuando estábamos los tres ella no decía nada, pero cuando él daba la espalda, ella cambiaba, ella me mirada con desprecio, me miraba con arrogancia, con si fuera superior a mi, yo pensaba que eran celos de mamá, como todas las mamás”.
Por fin quedó embarazada
Después de la liberación la vida de Johanna dio un salto positivo. “Mi vida cambió, volví a ser yo, mi energía atraía, adonde iba me recibían bien, económicamente también cambió.
Y vino una sorpresa.
“Un día cualquiera yo llame a Jenny, iba a cumplir años y quería que me leyera el tarot. Ella me saca las cartas y me mira. Y me dice: aquí veo que alguien va estar en embarazado. La miro y le digo: que yo no, obvio no. Pues tu sabes que no puedo quedarme embarazada, yo ya lo había aceptado”.
La médium vio que Johanna iba estar embaraza. “Pero quería esperar de pronto llegaba el bebé a pesar de la condición que ella tenía en sus trompas de falopio que estaban totalmente obstruidas por la pérdida del bebé que había tenido con anterioridad. No me atreví a ser tan directa, pero si tenía que decirlo, mi responsabilidad era decir lo que venía en el tarot y veía en embarazo llegando”.
Johanna precisa: Le dije a mi mamá que me acompañara a hacerme una prueba de embarazo. Me hago tomar una prueba de sangre. Cuando me entregan el papel decía: positivo. Mi vida cambió para bien y para siempre”.
La pregunta que surge es ¿Qué tan frecuente es ver lo que le sucedió a Johanna? Es más común de lo que parece. El caso de ella es un caso bastante fuerte no solo le dañaron su parte física sino que le quería dañar ese ese sentimiento interno de ser mamá.
Espiritista por un don que se lo descubrió la abuela
Jenny Valbuena es oriunda de Casanare y permanece en Yopal, Aguazul y Paz de Ariporo entre otros sitios, y fue su desaparecida abuela, quien era un espiritista muy reconocida en la que la metió en este extraño mundo.
“Yo nací con el don de poder ver espíritus, de poder sentir esa energía, de poder hacer esa conexión con personas fallecidas. Mi abuela fue mi guía hasta el año 95 cuando lastimosamente mi murió y de ahí seguí toda mi trayectoria”, recuerda.
¿Cómo empezó a ver espíritus? Desde los cinco años. Yo veía siempre una niña. Yo salía con otros niños de otras fincas y siempre veía una niña al lado de un árbol. Esa niña nunca me hablaba, siempre me miraba. Yo le decía a mis amiguitos que porque no invitábamos a jugar la niña. ¿Cuál niña? me decían. Por último prefería quedarme callada.
Le comenté eso que me pasó a mi abuelita, que yo veía una niña, de pronto por estar muy pequeña ella no me explicó nada.
“Ella comenzó a enseñarme desde un día que yo la acompañe a un pueblo cerca. Y fue que la llamó una familia porque una señora estaba muy mal y le dijeron que necesitaban los servicios de ella para ayudarla para recuperar su salud”.
“Ese día entre con mi abuela, estamos hablando -tenía casi 7 años y medio, casi 8- y yo iba con miedo y yo me le cogí de la blusa a mi abuela, íbamos entrando, cuando un familiar de esa señora le dijo a ella que ya podía seguir. Quiten lo que está debajo de la almohada de esa señora enferma y entro”, pidió. Y ellos se quedaron sorprendidos. Estaban como probando a la abuela”.
“Llegamos hasta la puerta de la habitación de la señora y yo quedé totalmente congelada del miedo. Yo vi que la fisionomía de la señora era horrible porque estaba como con la pielecita pegada al cuerpo, olía a feo, casi no tenía pelo y lo que yo vi al lado de ella fueron dos sombras gigantes negras. Lo que hice fue llenarme de miedo. Yo cogí a mi abuela de la blusa y la hale. Mi abuelita lo que hizo fue mirarme y me dijo que callara. Me quedé paralizada. Mi abuela les dijo a ellos que no los podía ayudar y que esa señora en tres días iba a fallecer y así fue. Ese día me hizo entender que yo tenía el mismo don que ella, la misma facultad.
¿Qué pasó en adelante con Jenny? De ahí en adelante mi abuela fallece. Empecé a manejar mis dones y mis facultades, estas entidades se empezaron a acercar cada día más a mi, empecé a manejar mis cosas y me enfoqué mucho”.
Finalmente, ¿Cómo se siente hoy Johanna, después de su liberación?
Feliz. Vivimos con mi hija muy felices. He tratado de hacer cosas, de seguir en proyectos, de viajar. Agradecida con Jenny. Cada vez que yo la veo le digo: ¡gracias!
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