Carole Horlock es una inglesa que por años se dedicó a ser la madre sustituta de los hijos de otras parejas que por algunas razones no podían concebir a sus propios bebés. Para ella ser una gestante subrogada la llenaba de orgullo por la alegría que les aportaba a otras personas. “La subrogación es el último regalo que una mujer puede hacer por otra”, comentó Horlock al diario Mirror.

Si bien, alquilar su vientre ha sido sinónimo de felicidad para ella y las demás familias, la realidad es que ha pasó por situaciones complejas y hasta dolorosas en su valeroso camino de la maternidad.

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La mujer entregó accidentalmente un bebé concebido por ella y su esposo

Durante una entrevista con el medio inglés mencionado anteriormente, Carole Horlock contó que en el año 2004 dio a luz a un niño, recién nacido que ella creía era de otra pareja, procreado con su óvulo donado y el esperma del supuesto padre. Luego del nacimiento ella les entregó el bebé, como lo hacía regularmente.

Pero, seis semanas después los padres del menor le informaron a la agencia de subrogación que tras practicarle una prueba de ADN al niño se enteraron que no era suyo. Ante esto, Carole y su esposo debieron someterse a un ‘test’ similar y con él descubrieron que el niño era biológicamente de ellos.

“Como madre sustituta estás teniendo un bebé para otra persona. No creas un vínculo, no te has preparado para un hijo, de hecho, durante nueve meses te estás distanciando mentalmente del bebé”, indicó la mujer.

Asimismo, Horlock explicó que los médicos que llevaron a cabo la inseminación le aconsejaron no tener relaciones sexuales por unas semanas o hasta que confirmara estar embarazada, pero durante el proceso ella tuvo un encuentro íntimo con su pareja sin las precauciones necesarias.

“Tuvimos que tomar una decisión, ¿qué íbamos a hacer si lo devolvían? ¿Y qué íbamos a hacer ahora que sabíamos que era biológicamente nuestro?”, expresó la inglesa. Carole, ahora de 55 años, y Paul, de 69 años, no tuvieron hijos en común, pero sí con otras personas.

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“Tuvimos una discusión honesta y abierta sobre si lo mantendríamos o lo daríamos en adopción”, explicó Horlock, quien además indicó que luego de hablar con la pareja, esta decidió adoptarlo. “Ellos lo amaron desde el momento de su concepción y lo nutrieron, yo solo le proporcioné el útero”.

Luego de la adopción la pareja se mantuvo en contacto con Carole y Paul por correo durante algunos años. Pero después de un tiempo “las relaciones se rompieron por completo y el contacto se detuvo”, aseveró la mujer.

Aunque Carole no se arrepiente de su decisión de dar a su hijo en adopción, dice que quedó devastada al no saber más de él.