El ataque más reciente se registró justo cuando empezaba a surfear: hacia las 7:30 de la mañana atrapó su primera ola, pero al regresar a la orilla otra ola lo tumbó y fue en ese momento que el tiburón lo mordió en su pierna derecha. Dylan aseguró a Honolulu Star-Advertiser que sintió “pánico” porque no sabía si había perdido la mitad de su extremidad.

El animal se alejó después de morderlo, algo que para él “fue la parte más aterradora”, ya que no podía ver dónde se encontraba y, además, desconocía si volvería a atacarlo. A pesar de su temor, pudo gritar y fue así como una mujer logró ayudarlo. Una vez en la arena, el joven se negó a pagar el viaje hasta un hospital y permitió que esa misma mujer le suturara la herida (fueron 7 puntos).

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Dylan, quien curiosamente se desempeña como instructor en técnicas de supervivencia, ya había sido atacado por otro animal salvaje en julio de 2017. Mientras dormía, un oso llegó a su campamento de verano, cerca de Ward (Colorado), lo despertó con una mordida en su cabeza y lo arrastró unos 3,6 metros de distancia. El joven se defendió golpeándolo varias veces en el ojo hasta que el oso, de 127 kilos, lo dejó.

Hace 3 años y medio este joven también fue víctima del ataque de una serpiente cascabel, cuando hacía senderismo en Utah, indicó BBC. Dylan estaba caminando por una montaña y, sin darse cuenta, pisó al reptil. Para su fortuna, el veneno fue poco y solo estuvo enfermo un par de días.

El joven manifestó al medio que no culpa a ninguno de los animales por atacarlo y señaló que todo le ha ocurrido por estar en los lugares y los momentos incorrectos. Agregó que, si bien espera que no vuelva a ocurrir un ataque como estos, no descarta que pase de nuevo porque la mayor parte de su tiempo está “afuera con los animales”.