A pesar de la forma que tomó su cabeza, una resonancia magnética confirmó que la deformidad no comprometía su salud. Su aspecto, sin embargo, fue un factor decisivo para quienes querían adoptar un perro: nadie lo quería, informó The Dodo.

Jamie Huilt, actual dueña del perro, aseguró a ese medio que las personas que lo criaron al nacer “no podían venderlo”, así que decidieron regalarlo. Fue así como el animal llegó a la casa de un hombre en Austin (Texas) donde había varios gatos. Como ellos no lograron llevarse bien con el perro, el hombre lo envió solo al patio, sin ni siquiera una cama en la que pudiera dormir.

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Hubo varios sitios de rescate animal que intentaron buscarle un nuevo hogar a Beaux, pero en repetidas ocasiones lo devolvieron porque el can no tenía entrenamiento. Fue hasta hace poco que él por fin encontró una nueva familia en la casa de Jamie, quien lo descubrió gracias a una publicación en Facebook, indicó el portal.

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Si bien el perro estaba cubierto de pulgas, lleno de ácaros en el oído (lo que le hizo perder la audición) y tenía una enfermedad que le afectaría progresivamente sus órganos, Jamie se lo llevó. Sobre su decisión, ella manifestó al medio que en ese momento lo importante no era qué tan grave estuviera Beaux, sino que él no volviera a ser rechazado:

“Quería darle estabilidad y un lugar que él sintiera como su hogar”.

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Ahora el animal no solo comparte con Jamie sino también con Riley, un perro de 13 años que nació tras una mezcla con un golden retriever. “Riley y Beaux se aman. Son perfectos el uno para el otro”, concluyó Jamie.

A continuación puedes ver más fotos de Beaux:

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