Y no era para menos, pues un día antes un simple insecto, que no superaba los 30 cm de largo, logró paralizar toda una ciudad en cuestión de segundos, cuando se corrió el rumor de que en sus alas se hallaban inscritos los números de la suerte. Doña Martha, quien en ese entonces vendía todo tipo de bisuterías, galguerías, periódicos y, sobre todo, chances; pudo ser testigo de ese evento que aún se evoca en conversaciones casuales con los colegas y del cual ya han pasado 21 años.

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Esto comenta como un transeúnte, cuyo nombre e identidad se ha perdido en los anales de la historia, observó una mariposa que posaba en las afueras de las instalaciones de la Dian. Su blancura le llamó la atención y el aleteo de sus alas hizo que el hombre se fijase en cómo la naturaleza había fijado en estas los números 355, 357 y 375.

“Nos llegó la navidad”, comenzaron a comentar vendedores ambulantes, oficinistas y transeúntes, quienes en masa acudieron al sitio para, después de corroborar que los rumores eran ciertos, aceptar esa ‘ayudita’ y hacer un chance.

Como aquel suceso tuvo lugar a las 11 de la mañana, fue cuestión de tiempo para que las emisoras hicieran eco al acontecimiento, aunando aún más en la euforia colectiva de los ibaguereños, quienes discutían si apostar el número completo o solamente a la ‘pata’.

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Así las cosas, fue un ‘negocio redondo’ para los loteros, pues como relata Martha, antes de caer el día, muchos de ellos ya acumulaban onerosas ganancias. Sus compañeros, por su parte, lograron vender entre 25 y 30 chances con las combinaciones posibles del 355 y del 357, tal y como lo registró este periódico.

El caos fue tal en las calles, que los medios de comunicación nacionales registraron en páginas y espacios al aire lo que sucedía en la ciudad, pues no en vano El Tiempo lo calificó como “un verdadero revuelo”.

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A eso de las 3:00 de la tarde, cuando las personas habían apartado sus ojos del edificio de la Dian, apaciblemente y sin mucho escándalo, la mariposa buscó nuevos aires, lejos de la urbe.

El viernes, a pesar de todo la parafernalia del día anterior, la mariposa le jugó una mala pasada a todos aquellos que creyeron en su suerte mística, pues aquella combinación aleatoria de números no cayó.