Hooper hipotecó su casa para pagar esa deuda, “un hecho que fue reconocido en un contrato notarial” en 2011, año en el que los hombres hicieron la apuesta, informó CBC.

Seis años después, la Corte Suprema de Justicia anuló esa hipoteca teniendo en cuenta que la ley de Canadá estipula que un contrato de apuestas es válido únicamente cuando está relacionado con actividades “que requieran solo habilidad o esfuerzo físico por parte de las partes”, indicó el medio.

Asimismo, el juez del caso señaló que la suma de dinero apostada había sido excesiva, agregó la cadena de noticias.

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Ante lo sucedido, Primeau apeló la decisión, pero no le sirvió de nada: de acuerdo con CBC, el tribunal llegó a la conclusión de que si bien el juego de ‘piedra, papel o tijera’ podría requerir ciertas habilidades (como velocidad de ejecución y sentido de observación), también había gran parte de azar en él.

Fue así como, el pasado 17 de abril, Hooper se libró de pagar 517.000 dólares canadienses, concluyó el medio.