Más allá de considerarse afortunado, Grolle está preocupado por la confidencialidad de sus datos personales. Vía celular y correo electrónico, el abogado recibe constantemente mensajes que indican que las pizzas que solicitó están en marcha o que llegarán a determinada hora, afirmó él al medio local Ruhr Nachrichten.

El misterioso hecho no deja de atormentar a Grolle. Ni siquiera con la ayuda de la policía ha podido tener algún indicio de quién es el autor intelectual de y con qué motivos lo hace. “Es realmente molesto […] casi no se puede llegar a trabajar”, aseguró el abogado.

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Tal es la cantidad de domicilio de pizza que llegan a su oficina que Grolle decidió apagar por varios días su teléfono celular. Otro de los datos sospechosos en torno a su caso es que, según cuenta él, un día se realizaron 15 pedidos en un lapso de 27 minutos. “Nadie puede ordenar tan rápido”, agregó.

Su computador ya fue analizado por las autoridades y no se encontró nada raro. De hecho, Grolle especificó que el repertorio de alimentos que recibe se amplió y ya no solo recibe pizzas, sino que también se ha visto sorprendido con comida griega y sushi en su puerta.