Durante dos años la familia crio al oso negro creyendo que se trataba de un perro de raza gigante, y le dieron todos los cuidados como a un canino común.

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Su Yun fue quien compró un cachorro al pie de una carretera en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China. Al parecer, le habían ofrecido un mastín tibetano (como el que se ve en la imagen que abre esta nota), una raza también conocida como dogo del Tíbet, que es un perro gigante que puede alcanzar unos 80 kg, indicó Univisión.

Como es natural, con el paso del tiempo el cachorro creció y la familia empezó a notar que el animal mostraba un especial talento para caminar sobre dos patas y un prodigioso apetito.

“Se come una caja de frutas y dos cubos de fideos todos los días”, aseguró el hombre al portal de noticias.

Aunque la historia ocurrió hace varios años, la historia del perro que en realidad era un oso volvió a ser viral en redes sociales luego de que se recuperara un video del ejemplar en su jaula.

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Cuando las autoridades de vida silvestre de China llegaron en mayo de 2018 a la aldea de Su, para verificar las condiciones del oso, se encontraba encerrado en una jaula de acero, pero en buenas condiciones.

En China comprar este tipo de mascotas puede tener un costo de hasta 750.000 dólares y  son cotizados por gene con mucho poder adquisitivo.