Por: Laura Nathaly Bermúdez Guevara

En Colombia, distintas entidades o instituciones como la Policía Nacional, la Cruz Roja, la Fundación Vishnú del Ciprés y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) han contribuido con el entrenamiento de distintos caninos para que cumplan sus objetivos con la comunidad.

Las tareas que realizan estos animales son de alta importancia, pues sin ellos no serían posibles algunas actividades. Conocer más sobre estas grandes labores permite saber, por ejemplo, el por qué no se debe acariciar a un perro de asistencia cuando va por la calle guiando a su propietario. Cada animal tiene una gran historia detrás de su labor social.

Los ojos de los ciegos

Luisa Moreno es ciega desde sus 12 años y desde hace 5, gracias a la fundación Vishnú del Ciprés, cuenta con el apoyo de Asahí, una perrita guía de raza golden retriever. Cada día, la mascota la acompaña a su trabajo en el Instituto Nacional Para Ciegos (INCI), siendo sus ojos: guiándola por el camino que debe ir, acompañándola en Transmilenio y ayudándole a que llegue bien a su destino.

Luisa comenta: “Mi esposo —que también es ciego— y yo nos levantamos a las 4:40 de la mañana, nos alistamos y a las 6:00 arreglamos a cada una de las perritas guía. A las 6:20, salimos los dos para el trabajo, cogemos un bicitaxi —que maneja mi papá— y llegamos al portal de Suba. Mi esposo se baja en la calle 72 con Caracas y yo llego hasta la calle 34 con Caracas, que es donde está el INCI”.

Cuando Luisa trabaja sale a las 5:00 de la tarde y llega a su casa a las 6:30. Los fines de semana le gusta dejar que Asahí descanse y juegue con la perrita de asistencia de su esposo.

“Por lo general ella descansa junto a la otra perrita, pues entre semana les toca muy duro. Si queremos salir a centros comerciales, a caminar o almorzar, vamos sin ellas”, dice Luisa.

Asahí ha cambiado por completo la vida de Luisa. Afirma que se ha vuelto una mujer más segura en todos los sentidos, camina sintiendo la libertad en el rostro, no depende de nadie para movilizarse y se siente segura en cada momento.

Luisa describe a su perrita como un ser totalmente sobreprotector, leal, tierno, noble y que está dispuesto a dar la vida por ella, si en algún momento tuviera que hacerlo.

Los perros lazarillo o de asistencia brindan un servicio a las personas con discapacidad visual, ayudándolos en la tarea de guiarlos por las calles y en sus hogares de manera segura. No se les debe acariciar cuando están cumpliendo con su trabajo debido a la distracción que se les puede generar.

La fundación Vishnú del Ciprés es una organización privada sin fines de lucro que se encuentra ubicada en la vía Suba-Cota. Carlos Guerrero, director técnico de la institución, menciona que Pedro Jaramillo es quien la creó hace más de 15 años con la intención de mejorar la calidad de vida de las personas con problemas de visión en Colombia.

Las razas más adecuadas para esta tarea, y que se entrenan en esta organización, son los golden retriever y labrador retriever.

“Son perros con mucha disposición que tienen un gran poder de adaptación y son unas razas muy bonitas para cumplir esta labor”, explica Guerrero.

Para seleccionar esos caninos que serán entrenados, primero deben realizarse una serie de pruebas que demuestren que son equilibrados, que tienen disposición y que no son nerviosos. Generalmente, un 95 % de los perros de las razas mencionadas anteriormente cumplen con estas cualidades.

Para Guerrero es importante hacer un estudio que permita saber a quién están entregando sus mascotas. Las personas que soliciten uno de estos perros guía deberán amarlos y a su vez se les hará un estudio socioeconómico:

“No necesitan ser personas adineradas sino simplemente que puedan mantener dignamente a las mascotas”, explica el entrenador.

La fundación trabaja solo con hembras y al año entregan 15 de ellas, han sido aproximadamente 220 caninas las que han proporcionado en los más de 15 años que llevan brindando este servicio. Comprar un perro de asistencia puede ser un poco costoso puesto que su valor es de aproximadamente 20.000 dólares y es por ello que la fundación facilita la posibilidad de que las personas con discapacidad visual puedan obtenerlos de forma totalmente gratuita. (Si usted necesita algún canino como perro guía, puede dirigirse a la página oficial de la fundación, allí le brindarán la asesoría para solicitar uno).

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Sirviendo a la autoridad

Dexter es un hermoso perro de raza pastor border collie el cual trabaja con el dragoneante Leonardo Matiz en el Inpec detectando sustancias narcóticas. Todos los días, el dragoneante Matiz alista a Dexter a las 4:00 de la mañana, le sirve el desayuno, lo cepilla y le coloca su pechera especial para poder empezar con su labor en la cárcel.

Dexter es un perro muy inteligente, cuando lleva a cabo su labor y encuentra algo sospechoso señala con su nariz el lugar exacto del cuerpo donde esconden la sustancia narcótica. Cuando no se está haciendo ningún operativo, él requisa a las personas, los vehículos o paquetes que ingresan al penal. Sus horas de trabajo y descanso dependen del día, pues no siempre es constante; cada hora de trabajo lo recompensa con otra hora de descanso.

“Para ellos no es trabajar, es jugar”, dice el dragoneante Matiz, porque considera que los caninos no ven su labor como algo que deben hacer a la fuerza.

Los perros antiexplosivos y antinarcóticos brindan su ayuda a diferentes instituciones. Los caninos con la ayuda de su olfato y de habilidades desarrolladas en el adiestramiento, desempeñan su labor en aeropuertos, centros comerciales, estaciones de Policía, hospitales, carreteras —por mencionar algunas zonas— encontrando explosivos o narcóticos.

Para que estos animales puedan trabajar de manera segura y se les garantice su bienestar, en el Manual de la Policía y en la Resolución 3776 de caninos de la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, se estipulan diferentes medidas que deben cumplir quienes están a cargo de los caninos. Allí se menciona que los perros especializados en la búsqueda de narcóticos y explosivos deben trabajar máximo 6 horas diarias, alternando cada 2 horas, si realizan búsquedas esporádicas o cada hora, si el ejercicio es continuo.

El Inpec tiene a su disposición diferentes caninos que ayudan requisando a las personas que ingresan a sus instalaciones con el fin de encontrar narcóticos u otras sustancias.

El dragoneante Matiz trabaja con el instituto hace más de 10 años como entrenador de los perros que laboran allí. Los entrenamientos los hace en la cárcel La Picota, de Bogotá, y menciona que las razas que cumplen con la labor en las cárceles son pastor alemán, pastor malinois, border collie, labrador retriever, golden retriever y rottweiler.

Para Matiz, esta profesión es muy linda y la razón que lo llevó a ejercer su oficio fue el aprender más sobre el entrenamiento de mascotas para servir a la comunidad.

“Uno le coge mucho cariño a estos animales a pesar de que la relación es de trabajo y cuando muere uno de ellos es muy doloroso para mí, pues paso mucho tiempo con ellos”, dice, al describir lo más difícil de su profesión.

El patrullero Fernando Ortegón, quien hace parte de la Escuela de Guías y Adiestramiento Canino hace más de 2 años, menciona:

“Para que un perro pueda hacer parte del equipo de trabajo de la Policía Nacional debe superar unas pruebas especializadas que el grupo Remonta y Veterinaria de la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural se encargará de realizar y así determinar si son aptos o no”.

Para el desarrollo de estas actividades, las razas que normalmente se utilizan son el pastor alemán, schnauzer, bóxer, labrador retriever, spaniels, beagle, setter y pastor belga.

Por otro lado, cada canino debe especializarse en un solo trabajo pues ninguno puede desarrollar dos o más, ya que no cumpliría sus objetivos principales de la mejor manera y no todos son aptos para otros trabajos. El collar metálico, collar en lona color verde con la insignia de la Policía Nacional, traílla y chaleco son las prendas de distinción que los caninos portan a la hora de trabajar.

Ortegón comenta que la Policía Nacional, desde el año 1964, lleva implementado el uso de los caninos para sus servicios, en las diferentes áreas como antiexplosivos, antinarcóticos, en divisas, en flora y fauna, en búsqueda de restos óseos y perros de relaciones públicas.

Buscando entre escombros

Pirry fue un grandioso perro labrador que llegó a la vida de Miguel González hace más de 15 años, quien se enamoró de él cuando supo que lo estaban regalando. González, llegó a la Cruz Roja buscando quien le ayudara a entrenar y educar a Pirry.

Luego de que Pirry aprobara 4 niveles y se graduara, la coordinadora de la Cruz Roja en ese entonces, Gladys Rativa, le comentó a Miguel que su perrito servía para cumplir con la labor de búsqueda y rescate. Es así como Pirry y Miguel comenzaron una gran aventura junto a la Cruz Roja. Fueron muchos momentos en los que ayudaron a diversas personas e incluso familias; sin embargo, una singular circunstancia marcó a esta pareja de operativos cuando ayudaron en la búsqueda de personas luego del terremoto en Haití, en el año 2010, logrando encontrar con vida a la dueña de un hotel.

Pirry cumplió 10 años en su trabajo y falleció hace aproximadamente 5. A pesar de la partida de su canino, el hombre sigue ayudando a las personas con el entrenamiento de perros para que ayuden en labores de búsqueda y rescate.

La Cruz Roja Colombiana tiene su propia escuela de adiestramiento, la cual nació hace aproximadamente unos 15 años. Fabián Mesa trabaja como instructor canino en la Cruz Roja y menciona que la idea de crear la escuela nació cuando la entidad empezó a trabajar con animales ya adiestrados en la parte de búsqueda de personas, debido a los diferentes desastres naturales que se habían presentado.

Tiempo después vieron la necesidad de educar a los caninos para que tuvieran un buen comportamiento dentro de sus hogares y también porque muchas personas les habían manifestado que les gustaría que sus mascotas aprendieran diferentes actividades para ayudar con la comunidad, así que la Cruz Roja vio una gran oportunidad de brindar esa ayuda creando el centro canino.

Con respecto al tema de adiestramiento de perros lazarillos, Mesa comenta: “por el momento, no adiestramos caninos para desarrollar esa función de lazarillos, sin embargo, la Cruz Roja está empezando a hacer cursos internos para la formación de sus instructores en el tema de perros de asistencia y de terapia”.

La Cruz Roja Colombiana no solo brinda las herramientas para que los dueños aprendan a manejar a sus perros y generen un mejor vínculo entre ellos, sino que ellos como institución tienen grupos de caninos que ayudan en la búsqueda y localización de personas y grupos que realizan actividades constantemente en comunidades, barrios, centro comerciales, etc., con el fin de divulgar la información de la tenencia responsable y el cómo sus mascotas pueden ayudar dentro de la comunidad. Cada instructor cuenta con su canino que le ayuda como herramienta pedagógica para el proceso de entrenamiento y adiestramiento que se trabaja con los usuarios.

Gracias a esos increíbles animalitos que son considerados unos héroes es que se han ayudado a miles de personas. Se puede decir que ellos también se ganan su vida día a día brindando sus servicios pero, a comparación de las personas, no reciben ninguna recompensa monetaria pues lo que ellos buscan es cooperar al servicio de los seres humanos y que se les trate con amor incondicional.

*Estas notas hacen parte de un acuerdo entre Pulzo y la Universidad de la Sabana para publicar los mejores contenidos de la facultad de Comunicación Social y Periodismo. La responsabilidad de los contenidos aquí publicados es exclusivamente de la Universidad de la Sabana.