A lo largo de su vida, el magnate estadounidense se caracterizó por ser un hombre muy detallista que apuntaba siempre a la perfección. No por nada fundó Apple, una de las empresas tecnológicas más importantes del mercado a nivel mundial.
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Pero la obsesión de Steve Jobs por el más mínimo detalle a veces se iba a los extremos. Por ejemplo, en su casa, una tarea tan simple como la de elegir un sofá para su sala, le tomó un trabajo que se extendió por varios años.
Cualquiera iría a un negocio de muebles y en pocas horas escogería un sofá, pero para Jobs esto no era tan sencillo, ya que, para él, todo lo que adquiría hablaba mucho de lo que era como persona.
Así lo comentó Laurene Powell Jobs, quien estuvo casada con Jobs durante 20 años y hasta su muerte en 2011, en una conferencia citada por el medio Bussiness Insider.
¿Por qué Steve Jobs se demoró varios años en comprar un sofá?
Según lo recogido por el portal, Powell Jobs explicó en su charla la forma en la que su esposo tenía el más mínimo cuidado en todas sus creaciones y las demás personas lo tenían en un concepto de “muy exigente”.
Esa exigencia de estética la llevó al ámbito amoroso y fue así como tuvo ciertos choques con su pareja. El claro ejemplo fueron las decisiones en las que no se puso de acuerdo con su esposa.
“La gente se burló de nosotros durante años porque en nuestra casa no podíamos ponernos de acuerdo sobre un sofá o unas sillas”, recordó en esa oportunidad Powell, según citó el medio estadounidense.
Luego, agregó: “Durante muchos, muchos años, no tuvimos ninguna de las dos cosas, principalmente porque había muchos detalles en los que teníamos que llegar a un acuerdo. Y finalmente lo hicimos, pero creo que tomó unos ocho años”.
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