Y lo hicieron después de años de competencia a través de sus consolas. Las dos compañías firmaron una carta de intenciones en la que expresan la voluntad de “estudiar desarrollos conjuntos para acompañar sus servicios de juego y contenidos en streaming”, todo ello basándose en la plataforma Azure de Microsoft.

También colaborarán en el desarrollo de semiconductores y de las llamadas tecnologías de inteligencia artificial (AI), apoyándose en el conocimiento de Sony en los sensores de imágenes y los avances logrados por Microsoft en el procesamiento de datos.

“Aunque seamos competencia en ciertos dominios, Microsoft ya es desde hace varios años un socio clave de Sony”, justificó el jefe del grupo japonés, Kenichiro Yoshida, citado en un comunicado.

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La idea de los videojuegos en ‘streaming’, que se apoya en una poderosa infraestructura de miles de servidores informáticos (la “nube”) es permitir jugar en cualquier momento, desde cualquier lugar, a cualquier juego, sin tener que comprarlo físicamente ni descargarlo. En teoría, basta con estar conectado con un aparato compatible, pero con la condición de tener un gran ancho de banda.

Es el equivalente de Netflix para el cine o de Spotify para la música.

Este anuncio conjunto para dos titanes que dominan los videojuegos con sus consolas PlayStation (Sony) y XBox (Microsoft), se produce poco después de que el mastodonte de internet Google prometiera transformar el sector de la diversión en línea.

El grupo estadounidense lanzará este año la plataforma Stadia en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y algunos países de Europa. Será “el motor que rediseñará los juegos y el futuro”, afirmó Jade Raymond, quien asumirá la presidencia del nuevo estudio de creación de videojuegos de Google.

Apple también prevé avanzar en materia de videojuegos con su plataforma AppStore.