Otro hallazgo del estudio, que encuestó a 4.000 personas, refleja cambios en el juego, como que 46% de los jugadores son mujeres, y 60% del total juega en sus ‘smartphones’.
La edad promedio de los jugadores es de 33 años, una baja desde los 34 del año pasado, y con respecto a los 35 que alcanzaba el promedio en 2016, agrega el informe publicado este jueves.
Los jugadores adultos juegan con otros el 63 % del tiempo, e invierten un total cercano a cinco horas por semana online o tres horas y media contra oponentes que están físicamente presentes.
Según las estimaciones, hay al menos un ‘gamer’ en tres de cada cuatro hogares estadounidenses. En el 79 % de los casos, la persona que juega en la casa es un adulto.
Desde sus inicios en salas de juego o lugares públicos, los videojuegos se han convertido en una industria con altos ingresos en Estados Unidos: las ventas superaron los 43.400 millones de dólares en 2018, según ESA.
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