El año 2020, marcado por la pandemia y que ha impulsado la demanda de videojuegos en todo el mundo, también ha sido el más lucrativo hasta la fecha para Pokemón Go, la adaptación para teléfonos inteligentes, disponible desde 2016.

Los personajes en sí son tan entrañables y la mecánica de los diferentes juegos tan bien ejecutada que [el fenómeno, NDLR] es intemporal“, dijo a la AFP el autor especialista en la cultura pop japonesa Brian Ashcraft.

Dan Ryan, de 29 años, empleado en finanzas en Londres, es fanático desde su infancia, y no duda en mostrar su pasión, que en ocasiones lo lleva a maquillarse como Pikachú, el famoso Pokemón amarillo.

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“Mis colegas saben que todos los jueves desaparezco para jugar a las cartas de Pokemón”, dice.

También admite “gastar demasiado” para adquirir tarjetas raras, cuyos precios han aumentado aún más desde el inicio de la pandemia, y una de ellas se vendió recientemente en línea por más de 400.000 euros (unos 490.000 dólares).

Inspirado por la pasión de los niños japoneses por capturar y recolectar insectos, Pokemón apareció por primera vez en 1996 como un videojuego para Game Boy.

Su principio es simple: “atraparlos a todos” usando las “pokebolas”, como lo recuerda la canción francesa de la caricatura lanzada poco después.

El bestiario de estos “monstruos de bolsillo” (Pokemón es la contracción de “pocket monsters”), rico en cientos de criaturas inspiradas en animales o en la mitología, sigue creciendo.

El fenómeno, que ha llegado a innumerables objetos, peluches o adaptaciones cinematográficas, ha logrado vender más de 368 millones de juegos de video y 30 mil millones de tarjetas, según la Compañía Pokemón, en parte propiedad de Nintendo.

Así nació Pikachú, el más famoso Pokemón

Atsuko Nishida, que dibujó el personaje del ratón eléctrico Pikachú, dijo que se inspiró en un pastel japonés hecho con arroz pegajoso, y sus colegas, seducidos, la incitaron a hacer al personaje todavía más adorable.

Pensé que sería bueno si acumulaba electricidad en sus mejillas. En esa época, estaba fascinada por las ardillas, que almacenan comida” de esta manera, dijo a un periódico japonés.

El encanto del vocabulario limitado de Pikachú, basado en sílabas de su propio nombre como “pika-pika” (‘brillante’, en japonés), también contribuyó a la adopción masiva del personaje por parte de los fanáticos.

Para Jason Bainbridge, profesor de la Universidad de Canberra y que ha escrito extensamente sobre los Pokemón, las imágenes cercanas a la naturaleza del juego y sus numerosos personajes son la clave de su éxito.

Pokemón no ha escapado completamente de la controversia, por ejemplo, con un episodio de la caricatura acusado de causar ataques epilépticos en Japón en la década de 1990.

El mago Uri Geller, que durante mucho tiempo acusó a Nintendo de abusar de su imagen debido a que un Pokemón giraba una cuchara y tenía un nombre japonés muy parecido al suyo, finalmente retiró recientemente los cargos.

Pese a accidentes, cazadores de Pokemón abundan en las calles

Las celebraciones del 25 aniversario han estado en gran parte en secreto debido a la pandemia, pero el sábado se realizará un concierto virtual en el que está programado que participe el rapero Post Malone, fanático declarado de la caricatura.

Si continúa adaptándose a los tiempos, el fenómeno podría durar fácilmente 25 años más, según Bainbridge.

El juego para dispositivos móviles Pokemón Go, que introdujo mecanismos de geolocalización de realidad aumentada, “realmente resucitó la franquicia: todos conocíamos Pokemón, pero de repente todos quisimos volver a jugar”, comenta.

A pesar de los diversos accidentes causados por jugadores imprudentes, los cazadores de Pokemón todavía abundan en las calles, especialmente en Tokio.

“Se siente como si en realidad los atrapáramos, lo que es un cambio con respecto a los otros juegos”, dijo Tsuyoshi Aihori, de 22 años, con el teléfono en la mano, en el barrio geek de Akihabara.

La semana pasada, en un evento especial, “jugué desde la mañana y hasta la noche, debí haber atrapado 400 o 500 Pokemón”, cuenta. “Agoté todas mis pokebolas”.