El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
La noche del 13 y la madrugada del 14 de diciembre de 2025 marcarán uno de los momentos más esperados por los aficionados a la astronomía: el pico de las Gemínidas, una lluvia de meteoros reconocida por su espectacularidad y abundancia. Este fenómeno, que comenzó el 4 de diciembre y se extenderá durante aproximadamente dos semanas, alcanzará su mayor intensidad entre las fechas mencionadas, permitiendo observar hasta 150 meteoros por hora en un cielo despejado, según indica la Sociedad Americana de Meteoros a través de su portal oficial. La importancia de este evento radica no solo en la cantidad de meteoros visibles, sino también en el brillo y los intensos colores que suelen caracterizar a las Gemínidas.
Una de las particularidades más destacadas de esta lluvia de meteoros es su visibilidad antes de la medianoche. La constelación de Géminis, desde donde parecen surgir los meteoros, se sitúa favorablemente a partir de las 10 de la noche, lo que facilita su observación para una mayor cantidad de personas, incluidos aquellos que no están acostumbrados a largas vigilias nocturnas. Además, este año las condiciones serán especialmente ventajosas: la luna, con una luminosidad cercana al 28 %, tendrá una presencia mínima en el cielo, garantizando un ambiente propicio para disfrutar de este espectáculo natural sin que la luz lunar lo opaque.
Los expertos aconsejan buscar observatorios alejados de las luces urbanas artificiales para maximizar la experiencia. Binoculares y telescopios no son recomendables, ya que restringen el campo visual necesario para captar la amplitud del fenómeno. Desde el Planetario de Medellín se recomienda además evitar el uso de teléfonos móviles u otras fuentes de luz durante la observación, pues reducirían la adaptación de los ojos a la oscuridad y, por tanto, la capacidad de percibir meteoros menos brillantes.
El origen de las Gemínidas tiene un matiz particular: a diferencia de otras lluvias de meteoros que proceden de restos helados y frágiles de cometas, las Gemínidas surgen de fragmentos predominantemente rocosos. Esta composición les permite arder por más tiempo y con mayor intensidad al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, generando un espectáculo de luces más duradero y vívido. El Planetario de Medellín explica que esta diferencia es fundamental para entender por qué las Gemínidas presentan meteoros tan brillantes y persistentes en comparación con otros eventos similares.
En el hemisferio norte las condiciones serán especialmente favorables, aunque el fenómeno también podrá apreciarse, aunque con menor intensidad, en el hemisferio sur. Se espera que, incluso antes y después del punto máximo, la actividad de meteoros continúe, permitiendo varias oportunidades de observación. Los expertos aconsejan el uso de aplicaciones móviles especializadas, como SkySafari o Skyview, para ubicar fácilmente la constelación de Géminis y potenciar así la experiencia visual. Según El Espectador y el Planetario de Medellín, la preparación y paciencia son factores determinantes para disfrutar plenamente uno de los espectáculos astronómicos más impresionantes del año.
¿Por qué las Gemínidas ofrecen colores tan intensos al quemarse?
La pregunta sobre el colorido de las Gemínidas despierta la curiosidad tanto de expertos como de entusiastas de la astronomía. Los colores intensos que proyectan estos meteoros al atravesar la atmósfera se atribuyen, según el Planetario de Medellín, a su naturaleza mayormente rocosa, a diferencia de otros fragmentos provenientes de cometas que suelen ser más blandos y helados. El proceso de fricción y combustión prolongada genera, entonces, estallidos de luz de diferentes tonalidades, dependiendo de los elementos presentes en cada fragmento.
Esta diversidad cromática es uno de los aspectos que diferencia a las Gemínidas de otras lluvias de meteoros. Entender la composición y el comportamiento de estos cuerpos celestes al ingresar a la atmósfera no solo permite apreciarlos mejor, sino que también enriquece la experiencia de quienes, año tras año, se preparan para observar este fenómeno natural desde distintas partes del mundo.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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