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La Universidad de Reading advierte: arreglar la capa de ozono también está calentando más el planeta
¿Te acuerdas del famoso agujero de la capa de ozono en los años 80? Todos los países se unieron para prohibir los gases que lo dañaban y fue un éxito ambiental. Pues ahora, científicos de la Universidad de Reading acaban de publicar en Atmospheric Chemistry and Physics que esa misma recuperación trae una sorpresa: la Tierra se está calentando más de lo que creíamos. Dicen que entre 2015 y 2050 el ozono va a empujar el calentamiento global un 40 % más de lo esperado. Y aquí llega la pregunta que divide: ¿debemos celebrar que el ozono se recupera o preocuparnos porque nos da más calor?
Salvar el ozono sí protege, pero también calienta




La capa de ozono está allá arriba, entre 15 y 35 kilómetros de altura, como un escudo invisible. Su trabajo es filtrar la radiación ultravioleta del sol. Esa radiación, si llega completa, puede causar cáncer de piel, cataratas y dañar plantas y animales. En los 80 se descubrió que gases como los CFC, usados en neveras y aerosoles, estaban rompiendo ese escudo. Por eso se firmó el Protocolo de Montreal en 1987 y casi todos los países dijeron: “listo, prohibamos esos químicos”. Gracias a esa decisión, el agujero en la capa de ozono empezó a cerrarse poco a poco. Una historia que siempre contamos como ejemplo de lo que sí funciona cuando los países se ponen de acuerdo.
Lo que no sabíamos es que ese mismo ozono, cuando vuelve a subir en cantidad, también atrapa calor como si fuera un vidrio de invernadero. El equipo del profesor Bill Collins calculó que, de aquí al 2050, esa capa extra va a retener unos 0,27 vatios por metro cuadrado. No suena a mucho, pero imagínalo multiplicado por toda la superficie de la Tierra. ¡Es un montón de calor! Con eso, el ozono pasa a ser el segundo responsable del calentamiento global, detrás del dióxido de carbono. Y aquí se arman los dos bandos: los que creen que igual fue una victoria porque nos protege de la radiación, y los escépticos que dicen que este éxito está borrando parte de los beneficios climáticos que habíamos logrado.
Los científicos insisten: reparar la capa de ozono fue y sigue siendo lo correcto. Salva millones de vidas de los rayos ultravioleta. Pero hay que entender que también añade calor. Entonces, ¿qué toca hacer? Pues ajustar las políticas. Porque además del ozono en lo alto, tenemos ozono aquí abajo, cerca del suelo, creado por la contaminación de carros y fábricas. Ese es doblemente malo: daña los pulmones y calienta más el planeta. Así que la idea es seguir cuidando la capa de ozono arriba, pero reducir con urgencia la contaminación acá abajo. Los creyentes lo ven como una oportunidad de ser más finos en la estrategia. Los escépticos dicen que demuestra que nada es victoria total. En lo que coinciden es en que necesitamos actuar con más fuerza.
El número clave es este: 0,27 vatios por metro cuadrado de calor extra retenido por el ozono. Para que lo compares: el dióxido de carbono aporta 1,75. O sea, el CO₂ sigue siendo el gran culpable, pero ahora el ozono ocupa la segunda posición en el podio. El Protocolo de Montreal fue el gran ejemplo de cooperación mundial. Todos los países firmaron y logramos revertir el daño de los CFC. Pero ahora la ciencia nos muestra que la historia tiene otra cara: lo que arreglamos en un punto nos complica en otro. No es para desanimarse, es para aprender que el clima es más complejo de lo que pensábamos y que cada victoria hay que revisarla con lupa.
El estudio de la Universidad de Reading nos dice que salvar la capa de ozono protege, pero también suma calor al planeta. ¿Tú eres del equipo que celebra el avance o del que lo ve con recelo? Escucha más en <a…
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