Millones de adictos al polvo blanco deambulan por el mundo como zombis, mientras las naciones más poderosas del planeta señalan como responsable a nuestro país. Y es cierto que Colombia es el mayor productor de cocaína del planeta, pero la clave de esto es… ¿se ha beneficiado alguien más de este comercio?, ¿o solo los narcotraficantes?

El 5 de octubre de 1986 el ejército sandinista derribó un avión que iba cargado de armas para los contra. Todos sus tripulantes murieron, salvo un exmarine llamado Eugene Hasenfus, que como era de esperar trabajaba para la CIA. Sus confesiones soltaron tal cantidad de porquería contra el gobierno de los EE. UU., que sus palabras más documentos que iban en el avión, provocaron que el gobierno nicaragüense pusiera una demanda en la Corte Penal Internacional contra su poderoso vecino del norte.

El tribunal condenó a los EE. UU. a pagar una indemnización de 17.000 millones de dólares, pues las actividades de la CIA habían provocado destrozos en la infraestructura por ese valor. Además, en la sentencia, se responsabiliza directamente a los Estados Unidos de la muerte de 38.000 personas. Obvio, jamás pagaron. Violeta Chamorro, que fue presidenta de Nicaragua, perdonó la deuda. Ejerciendo más que de presidenta, de dueña del país, en un acto repugnante que quedó para siempre en la historia infame de América Latina.

Pero ¿de dónde salía el dinero para esas actividades en Nicaragua? Pues del tráfico de cocaína colombiana. La CIA puso en contacto a un agente suyo, Barry Seal, con Pablo Escobar, para inundar su propio país de polvo blanco. La cocaína salía desde Medellín y llegaba hasta Florida. En los EE. UU. se cargaban armas y Barry Seal las dejaba en Nicaragua, y vuelta otra vez a Medellín. Esta historia, que pueden ver con ciertos tintes de humor en la película ‘American Made’, provocó la muerte de miles de adictos en el vecino del norte. Cosa que obviamente no le importó a su gobierno. Todo servía para terminar con el comunismo, fuera moral o no.

A la cabeza de toda la operación estaba un personaje muy oscuro llamado Olivert North, que junto a otros cinco miembros de la agencia, fue condenado en el caso Irán-Contra. Obvio jamás fueron a prisión, George Bush padre les indultó. Fueron juzgados por el tráfico ilegal de armas, nunca por las drogas.

Esta historia, de la que los medios de comunicación convencionales jamás hablan en nuestro país, fue el comienzo de una violencia que dura décadas en nuestra casa. Y es que es muy duro decir que una de las claves para que Pablo Escobar acabara siendo el narcotraficante más importante del planeta, fue el apoyo del gobierno norteamericano. Igual que con Nicaragua, los EE.UU. jamás pagarán indemnización alguna por esto, tampoco por los miles de adictos muertos en su país.

Sobre toda esta historia solo puedo decir una cosa. Con las tensiones geopolíticas del momento, o el futuro lo escriben los gobiernos del mundo con dignidad, o este mundo se irá al carajo. Cuando la política está por encima de la moral, el suelo que pisamos se convierte en un estercolero.

Si quieren más información sobre cómo fue la conspiración de la cocaína, aquí les dejo este enlace de mi canal de Youtube.

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