Sus usuarios están convencidos de que se aplica para todo aquello que signifique iniciar, comenzar, principiar o empezar. Es decir, lo asumen como si fuera un sinónimo de estos últimos cuatro verbos.

Unas muy contadas excepciones hay en que sí tiene parentesco con ellos (empezar, principiar, comenzar e iniciar); pero, en términos generales, ese vocablo, que denota una acción específica, hay que «arrancarlo» del lenguaje cotidiano, porque está mal empleado.

Por esa tan arraigada costumbre se escuchan expresiones como estas:

«Arranque el año con grandes descuentos».

«Arrancó el campeonato de fútbol equis».

«Arrancó la investigación por el crimen de fulano».

«Mañana arrancará el curso de modistería».

«El próximo mes arrancará la siembra de fríjol».

«El martes arrancará un programa de gramática española».

«Aquí arranca nuestro programa radial ‘Atropellos al español’. Bienvenidos».

En todos esos ejemplos y en otras formas que se les parecen, el uso del verbo arrancar es incorrecto. Atengámonos exclusivamente a lo que dice la Real Academia Española (RAE) acerca de esa palabra:

«Sacar de raíz: Fulano arrancó el árbol. 

«Sacar con violencia algo del lugar al que está adherido o sujeto, o de que forma parte: Le arrancó una muela. 

«Quitar con violencia. Obtener o conseguir algo de alguien con trabajo, violencia o astucia: Le arranqué la verdad. 

«Conseguir en fuerza del entusiasmo, admiración u otro afecto vehemente que se siente o se inspira. 

«Separar con violencia o con astucia a alguien de alguna parte, o de costumbres, vicios, etcétera. 

«Despedir o hacer salir la flema arrojándola. 

«Despedir o hacer salir la voz, un suspiro, etcétera. 

«Dar a una embarcación o buque mayor velocidad de la que lleva. Acometer, embestir. Partir de carrera para seguir corriendo. En una máquina, iniciar el funcionamiento: Arrancó a funcionar la caldera. 

«Dicho de un vehículo, iniciar su movimiento de traslación: Arrancó el autobús. 

«Provenir, traer origen. 

«En sentido coloquial: Empezar a hacer algo de modo inesperado: De pronto arrancó a cantar».

Como se observa, ese término tiene sus aplicaciones exactas; no debe emplearse para todo aquello que denote comienzo. Se ha olvidado que existen los vocablos: principiar, comenzar, iniciar y empezar para decir que un asunto ha entrado en funcionamiento o comenzado.

¿Está usted en disposición de empezar ahora a suprimir de su lenguaje el término arrancar cuando no cumpla la función correcta? No lo arranque radicalmente, porque tampoco es correcto. Solamente grabe en su mente las situaciones en que arrancar tiene correcta aplicación, e inicie, o comience, o empiece, o principie a usarlo sin temor a equivocarse.

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