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El reciente caso de agresión ocurrido el 18 de febrero en unas residencias de Manizales ha puesto en primer plano la gravedad y persistencia de la violencia intrafamiliar en Colombia, particularmente aquella dirigida contra las mujeres en el entorno privado. De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, Juan Gabriel Cárdenas Vanegas, de 37 años, arremetió contra su pareja con un machete, provocándole lesiones graves en varias partes del cuerpo. Lo más alarmante es la intención homicida identificada por las autoridades. La víctima, que pudo pedir auxilio desde una ventana, sufrió heridas en el rostro, cabeza y extremidades, lo que le impidió retomar sus actividades durante 15 días. Pese a haber presentado una denuncia contra el agresor en junio de 2024, continuó viviendo con él, situación que evidencia la complejidad del ciclo de abuso en las relaciones de pareja, problemática ampliamente documentada por especialistas en violencia de género.
Estos acontecimientos reflejan no solo la gravedad de la violencia física, sino también la naturaleza multifacética de la violencia intrafamiliar, que puede incluir abuso verbal, emocional, económico, aislamiento e incluso violencia sexual. La Secretaría de Salud Pública de Manizales ha detectado que estas formas de violencia suelen entrelazarse y escalar gradualmente, en ocasiones desembocando en episodios como el ocurrido recientemente. Dicha evolución progresiva dificulta la detección temprana y la intervención oportuna, así como la ruptura del vínculo con el agresor.
Estadísticas del Instituto Nacional de Medicina Legal señalan que la violencia intrafamiliar es una de las principales causas de lesiones en mujeres en Colombia, tendencia que ha ido en aumento. A esto se suma un reporte del Ministerio de Salud que, para 2024, indica un crecimiento del 12% en la incidencia de violencia basada en género en el Eje Cafetero, donde se localiza Manizales. Estos datos revelan un problema estructural y cultural que trasciende la esfera individual y que demanda respuestas integrales por parte del Estado y de la sociedad civil.
La permanencia de la víctima junto a su agresor, incluso tras haberlo denunciado, se corresponde con estudios internacionales y con informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según la OMS, más del 30% de las mujeres afectadas por violencia doméstica permanecen en situaciones de peligro durante largos periodos debido a factores como el miedo, la dependencia emocional o económica y la insuficiencia de redes de apoyo.




En respuesta a estos desafíos, las autoridades locales de Manizales disponen de recursos como la Línea Púrpura (#155), la Policía Nacional (123) y programas de apoyo psicológico gratuito las 24 horas bajo la estrategia “Estamos Contigo”. Sin embargo, la psicóloga Claudia Vélez, en entrevista para El Espectador, subraya que para enfrentar la violencia de género es indispensable fortalecer la justicia, educar en igualdad y promover la autonomía de las mujeres, aunando esfuerzos desde distintos sectores. El periodismo de investigación juega también un papel relevante mediante la verificación de datos, la consulta a expertos y el empleo de herramientas digitales como NINA del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, que contribuyen al análisis y seguimiento de estos casos.
Si bien la Fiscalía General procedió con detención preventiva ante la aceptación de cargos por parte de Cárdenas Vanegas, el reto de fondo radica en perfeccionar los mecanismos de protección y atención integral a las víctimas, mientras se impulsa una transformación cultural profunda que erradique la violencia de género en Colombia y la región.
¿Por qué las víctimas de violencia intrafamiliar a menudo continúan viviendo con sus agresores?
Este interrogante es recurrente y responde a una realidad compleja. Tal como se documenta en informes de la Organización Mundial de la Salud y diversos estudios mencionados en los reportes oficiales, factores como el miedo al agresor, la dependencia económica o emocional, la escasa protección efectiva y el estigma social dificultan que la víctima logre separarse. La ausencia de suficientes redes de apoyo y la revictimización que puede enfrentar en su entorno llevan a que a menudo se mantenga la convivencia con el agresor incluso después de denuncias formales.
Entender las causas de esta permanencia permite encarar el problema con mayor sensibilidad y precisión. Los expertos señalan la importancia de políticas y servicios que apoyen a la víctima en su proceso de independencia, así como la necesidad de mayor educación y protección estatal, como expone el caso relatado en Manizales y las cifras nacionales aportadas por entidades como el Ministerio de Salud.
¿Qué recursos de apoyo existen en Manizales para víctimas de violencia de género?
La pregunta por los recursos de apoyo es relevante en tanto que la atención integral y la protección temprana pueden salvar vidas. En el caso de Manizales, las autoridades han dispuesto líneas de atención especializadas, como la Línea Púrpura (#155) y la Policía Nacional (123), así como estrategias como “Estamos Contigo” que brinda acompañamiento psicológico gratuito las 24 horas del día.
Pese a estas herramientas, expertos y organizaciones sociales insisten en la importancia de un abordaje coordinado que combine justicia efectiva, educación en igualdad y fortalecimiento de las capacidades personales de las víctimas. La experiencia demuestra que solo mediante intervenciones integrales y respuestas rápidas es posible interrumpir el ciclo de la violencia y ofrecer rutas seguras para quienes se encuentran en situación de riesgo.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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