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Todos los domingos, una mujer dedicada a la agricultura salía desde su finca, ubicada en el corregimiento de Santa Elena, hasta el Centro de Convivencia del municipio en el oriente de Caldas, con el objetivo de comercializar los frutos de su trabajo. En el centro poblado era ampliamente reconocida por su trato cordial y la dedicación que demostraba día a día en las labores del campo.
Sin embargo, la tranquilidad se quebró la tarde de un viernes. Mientras transitaba por un camino de herradura cercano al centro, personas no identificadas le dispararon. Testigos presenciales hallaron su cuerpo sin vida a un costado del sendero, lo que causó consternación en la comunidad. La muerte de esta mujer marca un nuevo golpe para su familia, ya que el presente año también le fueron arrebatados su esposo, Luis Ancízar, y su hijo, Luis David. Cabe recordar que en agosto de 2018, otro miembro de la familia, Jeisson, fue asesinado durante una riña en la entrada de un colegio. Así, con el último homicidio, los cuatro integrantes de la familia han perdido la vida de manera violenta.
La serie de tragedias inició con la muerte de Jeisson Gallego Vallejo, de 25 años, quien fue apuñalado en medio de una pelea ocurrida durante una reunión con amigos en una gallera de Santa Elena, presuntamente derivada de un desacuerdo económico. A pesar de los esfuerzos por trasladarlo al hospital San Cayetano, falleció antes de recibir atención médica. Las autoridades capturaron a un sospechoso, aunque la comunidad expresó dudas sobre su responsabilidad, según los reportes de La Patria.
Por su parte, Luis Ancízar Gallego Ospina fue condenado a cuatro años y ocho meses de prisión por tráfico de estupefacientes, tras establecer un preacuerdo con la Fiscalía General de la Nación. El juzgado de Manizales le otorgó la libertad después de cumplir su condena en noviembre de 2024. Tras salir de prisión, se dedicó enteramente a las actividades agrícolas junto a su esposa, recopilando la percepción de los habitantes que lo describían como un trabajador constante, salvo por el error que lo llevó a prisión, el cual enmendó al final de su vida.
Sin embargo, la violencia volvió a tocar la puerta de la familia. El 29 de junio, cuando Luis Ancízar caminaba de regreso a su casa, fue asesinado por desconocidos en un sitio cercano al lugar donde después moriría su esposa. No existen pistas claras sobre los responsables de estos crímenes. Tres meses más tarde, los hechos se repitieron con su hijo Luis David, quien fue atacado tras una discusión en medio de una pelea de gallos, justo cuando regresaba a su vivienda. Al día siguiente, vecinos encontraron el cuerpo en la calle.
Amigos de Luis David, apodado "el Tigre", aseguraron que él, al igual que sus padres, era un hombre entregado a la agricultura. La familia Gallego Vallejo era reconocida en Santa Elena por su labor agrícola y el esfuerzo cotidiano. Sin embargo, el rastro de violencia ha dejado huellas profundas en la comunidad, que sigue impactada y sin respuestas claras sobre la secuencia de homicidios que acabó con la familia completa, según la información reportada por La Patria.
¿Qué acciones toman las autoridades cuando se presentan homicidios en zonas rurales?
La preocupación por los crímenes en sectores apartados suele ser una constante, ya que la ausencia de testigos y la limitada presencia institucional dificultan las investigaciones. Ante incidentes como los ocurridos en Santa Elena, las autoridades deben iniciar procesos judiciales, recopilar testimonios y coordinar con las instituciones locales sus estrategias para proteger a la comunidad y esclarecer los hechos.
El contexto muestra la importancia de fortalecer la presencia estatal en áreas rurales para brindar garantías de seguridad y un acceso más efectivo a la justicia. Los casos en los que las víctimas y sus familias no obtienen respuestas oportunas generan desconfianza, incrementando el impacto negativo sobre el tejido social de comunidades ya marcadas por la violencia.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
Qué se sabe del capitán que mató a su expareja, en Bogotá
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