Hernán Giraldo Serna llegó a Colombia a las 6:15 de la tarde de este lunes 25 de enero, proveniente de Virginia, EE. UU., donde pagó una pena de 12 años en prisión.

El violador Giraldo Serna, conocido como ‘taladro’ o el Monstruo de la sierra’, por su insaciable apetito sexual, reconoció que violó a por lo menos 35 niñas menores de edad.

No obstante, ese número palidece frente a la averiguación de Norma Vera Salazar y Ana Salazar, investigadoras del conflicto armado y defensoras de Derechos Humanos, citadas por Noticias Caracol, quienes encontraron más de 200 víctimas de violación del hombre de 72 años.

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“Violaba sistemáticamente menores de 14 años, con características fenotípicas específicas. Todas las niñas violadas tenían unas condiciones particulares”, señala Norma Vera.

Y añade: “Todas eran niñas voluptuosas de caderas anchas, asociado al tema de la fertilidad, pues por la formación machista de alias ‘taladro’, él tenía permitido “ser el primero hombre en la vida de estas niñas”.

Así, las menores violadas se convertían en sus mujeres de por vida y a algunas las embarazaba, por lo cual el violador tiene más de 60 hijos, a quienes convertía en jefes paramilitares.

Hoy en día, hijos, hijas, primos y sobrinos se unieron a la organización criminal y narcotraficante y extorsiva que opera en la Sierra Nevada de Santa Marta y en la ciudad de Santa Marta.

¿Por cuáles delitos debe pagar Hernán Giraldo Serna en Colombia?

Giraldo tendrá que responder en el país por varios procesos relacionados con masacres, homicidios selectivos, desapariciones y  desplazamientos forzados, secuestros, amenazas y abusos sexuales contra personas protegidas.

Giraldo tiene tres condenas en firme, 46 órdenes de captura y circular roja de Interpol, y entre su prontuario le figuran: 148 hechos de desaparición forzada, 405 casos de homicidios en personas protegidas, 88 actos de desplazamiento forzado y 35 casos de violencia basada en género.

Temor en el norte de Colombia por llegada de Giraldo Serna

El regreso de Giraldo causa preocupación en el norte del país, donde persiste una suerte de violencia heredada a sus familiares, según expertos.

“Hay una trasmisión intergeneracional del paramilitarismo (…) que se basa en la familia y la lealtad”, indicó Lerber Dumas, investigador de la Universidad del Magdalena, exiliado en Alemania por amenazas.

De acuerdo al analista, algunos familiares de Giraldo han sido capturados por vínculos con el grupo narcotraficante Oficina Caribe.

El paramilitar dirigió el bloque Norte de las AUC junto con el recién deportado de Estados Unidos Rodrigo Tovar, y fue pieza clave de las investigaciones del escándalo de la ‘parapolítica’, que llevó a la cárcel a decenas de congresistas por sus pactos con esos escuadrones.

Ambos participaron en la desmovilización de unos 30.000 paramilitares bajo el gobierno de Álvaro Uribe (2002-10).

Las AUC se sometieron entonces a un sistema especial de justicia que prevé un máximo de ocho años de cárcel a cambio del desarme y la confesión de crímenes.

Giraldo estaba ofreciendo su versión a los jueces cuando el gobierno de Uribe lo extraditó bajo la acusación de reincidir en delitos desde la cárcel.

La decisión fue muy cuestionada por grupos de derechos humanos que sostienen que, con su salida de Colombia, las víctimas perdieron la oportunidad de obtener verdad y reparación de los crímenes sufridos.

Pese a la desmovilización de los paramilitares y de sus enemigos de las Farc, la guerrilla que firmó la paz en 2016, Colombia atraviesa una nueva ola de violencia financiada por el narcotráfico y la minería ilegal.