Mientras los dos vehículos, uno negro y uno blanco, que llevaban los féretros avanzaban a paso lento por diferentes sectores de la ciudad, varios automóviles y motos les abrían el paso adelante, otros los flanqueaban y muchos más los seguían.

Pocas motocicletas llevaban una persona. La mayoría transportaba dos y hasta tres ocupantes.

Todos, eso sí, hacían sonar sus pitos, y esa algarabía fue la que llamó la atención de ciudadanos que registraron la procesión, muchos con estupor.

De hecho, este viernes, la difusión de una fotografía que captó la despedida masiva de los dos hombres provocó una fuerte disputa entre quienes consideran exagerado e inapropiado ese acompañamiento y los que creen que los muertos y sus familias tienen ese derecho.

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Por ejemplo, el portal Colombian.com publicó un informe en el que dice que eran más de 50 personas las que asistieron a esa “despedida”, y que esa imagen “causa indignación” por todo el contexto que la rodea.

Los dos hombres fueron abatidos por un ciudadano que pertenece a un club de tiro con una amplia partición en torneos de esa disciplina. Sus destrezas permitieron que reaccionara rápida y letalmente cuando lo iban a asaltar.

Estos son dos de los videos difundidos: