Las lluvias no solo traen consigo la inundación de cultivos. También contribuyen a que se incrementen las plagas y los vectores transmisores de enfermedades. Asimismo, escasea notablemente el alimento y se dificulta la movilización de los animales.

Entre los principales problemas está la dispersión y diseminación de agentes causantes de enfermedades. Debido a los altos niveles, frecuencia e intensidades de las lluvias, así como a la elevada humedad ambiental, los patógenos del suelo (microorganismos capaces de producir enfermedades infecciosas) encuentran condiciones de saturación que favorecen su reproducción y dispersión desde focos o plantas afectadas, a la que no lo están, aseguran en Corpoica.

(Lea acá: Insumos y lluvias tienen contra las cuerdas a maiceros del municipio del Tolima)

Esta situación se da en cortos períodos de tiempo por el movimiento del agua en el suelo y la escorrentía, lo que incrementa su incidencia en los cultivos.

De otro lado, se puede dar una rápida multiplicación de hongos y bacterias fácilmente dispersables por el viento o por salpicaduras de lluvia, favorecidos por la alta humedad ambiental.

De manera complementaria, otra condición que se puede presentar es la mayor vulnerabilidad de la planta, al ataque de los mencionados patógenos, debido a que la lluvia excesiva contribuye a que se limite la circulación de oxígeno en el suelo, hecho que afecta las raíces de la planta.

El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y Corpoica entregan recomendaciones para evitar que el invierno haga de las suyas en sus cultivos.

En el sector pecuario

  • Controle la proliferación de plagas como garrapatas, piojos, roedores y cualquier tipo de vector.
  • La mejor manera es garantizar que los desagües, canales y sifones funcionen correctamente para evitar el paso de roedores y reptiles a los sitios de alojamiento de los animales.
  • Mantenga limpios de escombros y de objetos inservibles las instalaciones pecuarias.
  • Póngale atención al almacenamiento, conservación y distribución de alimentos destinados al consumo animal.
  • Evite que los alimentos se humedezcan, ya que tal situación los deteriora y genera contaminación por hongos.
  • Movilice los animales a sitios seguros en los que se disponga de alimentos y agua.
  • Cuando se restablezcan las condiciones que así lo permitan, llevar a cabo los planes de vacunación de enfermedades de control oficial como fiebre aftosa y brucelosis bovina e inmunizar los animales contra enfermedades como el carbón sintomático.
  • Es necesario estar atentos ante la posible aparición de brotes de enfermedades infecciosa.
  • Algunas enfermedades que aumentan con el invierno son la neumonía infecciosa, la infestación por ectoparásitos y la onfalitis (inflamación del ombligo).

(Le puede interesar: Empresa suiza le apostará al agro colombiano; desembolsará millones de dólares)

En el sector agrícola

En la Región Andina, según el ICA, aumentan los daños causados por enfermedades como roya del café, carbón en cultivos de caña y gota de la papa. En otros cultivos como tomate, pimentón y cebolla sube la probabilidad de presencia de complejos de hongos causantes de pudriciones de raíces y tallos.

  • Para la roya del café se recomienda manejo de la sombra para mantener condiciones óptimas de luz y humedad relativa en el cultivo y aplicación de fungicidas registrados en el ICA, según plan establecido por Cenicafé.
  • Para el carbón de la caña panelera, monitoreo y erradicación de las plantas afectadas. Establecimiento de semilleros con material de propagación sano.
  • Para el moko, la sigatoka negra y amarilla, del plátano y banano, se plantean deshojes fitosanitarios, control con aplicaciones puntuales de productos químicos siguiendo las recomendaciones de dosis y uso del fabricante, erradicación de focos y restringir el acceso al lugar afectado. Además, manejo de drenajes y aguas superficiales, y una adecuada fertilización con base en el análisis de suelo. Por último, control de insectos en el foco.

Más recomendaciones

  • Incrementar la frecuencia de observación de las plantas.
  • Concentrar las acciones de monitoreo en la presencia de patógenos del suelo, de las hojas y de bacterias que se multiplican y diseminan rápidamente y adquieren gran potencial epidémico.
  • Hacer más frecuentes y rigurosas las inspecciones de los lotes de producción de semillas para lograr la oportuna detección de focos de plantas afectadas y tomar las medidas necesarias establecidas por la autoridad sanitaria.
  • Verificar la efectividad de los controles aplicados.
  • Remover las fuentes de infección.
  • Emplear semillas de máxima calidad sanitaria.
  • Recurrir a técnicas de manejo del suelo que faciliten y optimicen su drenaje interno y superficial y, cuando sea posible, a métodos de siembra que reduzcan el riesgo de encharcamientos.
Lee También

Tenga en cuenta

  • Recolección temprana de las cosechas para evitar mayores pérdidas, en especial en frutas y hortalizas.
  • Continuar con las podas fitosanitarias para mejorar las condiciones de aireación de los cultivos.
  • Destruir residuos de cosecha.
  • Amarrar el suelo para evitar que las lluvias se lleven los cultivos. Algunos de los consejos son conservar los suelos y el uso racional de agroquímicos. Así mismo, evitar utilizar maquinaria agrícola.
  • Algunas entidades sugieren que no se use el azadón y la pala porque estos elementos remueven el piso. Lo más indicado es desyerbar con machete o a mano.
  • No sembrar a favor de la pendiente, sino en hileras, a través de ella. Esto porque cuando el agua de lluvia corre choca contra la barrera que forman las plantas, disminuyendo su velocidad.
  • Las barreras vivas con plantas como el vetiver, el pasto imperial o el matarratón son vitales para formar una red y amarrar el terreno. Entre más pendiente, más juntas deben ir las barreras.
  • Los bosques ubicados cerca a las cuencas de agua previenen avalanchas y cubren el terreno con follaje.