Y es que las semanas que dura un paciente siendo atendido en las camas UCI es un aspecto clave a tener en cuenta con relación al nivel de ocupación, destacó Noticias Caracol.

La doctora Fernanda Hernández, de ese informativo, señala que una vez un paciente con COVID-19 entra a cuidados intensivos puede tardar, en promedio, 15 días allí.

“Antes de la COVID-19, una cama de UCI duraba ocupada, por otras enfermedades, de 3 a 7 días. Ahora, además de escasas, se demoran en rotar o en desocuparse”, destacó la médica.

Si bien hay quienes duran menos, el informativo señala que hay reportes de personas que han durado hasta 100 días internados; sin embargo, teniendo en cuenta el promedio de la mayoría, de 2 semanas, esto ya es demasiado tiempo: más del doble de lo usual.

Unidad de Cuidado Intensivo

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La situación es preocupante, destaca Hernández, pues si el virus se sigue transmitiendo a una mayor velocidad de la que los pacientes críticos se recuperan, “cada vez se van a represar más y más personas graves y muy pocas tendrán la oportunidad de ser tratadas”.

En ese sentido, Fabio Varón, neumólogo intensivista de la Fundación Cardioinfantil, señaló en Noticias Caracol que los tiempos de permanencia en sala “se han incrementado de manera notable”.

“El promedio de estancia en cuidado intensivo está alrededor de 12 a 14 días y otros 6 a 10 días en la sala de hospitalización. Eso lleva a que la limitación en el número de camas o en la capacidad instalada se vea impactada de manera diferente”, subrayó.

El profesional de la salud dijo que este escenario es otra razón para incrementar las medidas de prevención para contrarrestar el coronavirus.

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“Ya hay saturación del sistema”

Lo dijo la doctora Fernanda al mencionar que no hay que esperar el dato oficial de ocupación de un 100 %, pues “en este momento hay pacientes que están con respiración mecánica por fuera de la UCI o en los pasillos esperando”.

Asegura que los hospitales se dividieron “en las UCI COVID y las UCI no COVID”, pero sostiene que si no se controla la velocidad de propagación, los casos del coronavirus empezarán a ocupar las camas destinadas para tratar otras enfermedades y “el daño colateral puede ser mucho mayor de lo que imaginamos”.

“Los que van a estar en fila por una UCI no solo serán pacientes COVID-19”, concluyó.