Cada martes en la noche, el sacerdote se dirige al centro de Medellín y recorre las calles donde hay personas desplazadas, indígenas, prostitutas y jóvenes con problemas de drogadicción, informó Noticias Caracol.

“Nuestro trabajo es espiritual: abrazarlos, aprendernos los nombres de ellos y tratarlos como seres humanos porque acá somos hermanos; nadie es más que nadie“, manifestó el religioso al noticiero.

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Entre las personas beneficiadas con esta iniciativa está Leidy Alejandra Quiroz, una trabajadora sexual de 20 años que espera salir de la prostitución para convertirse en psicóloga, indicó el medio.

A través del informativo, ella les envió un mensaje a las personas que van por un mal camino o que en la actualidad pasan por momentos difíciles:

“Que cada día intenten salir de esos vicios, de esa mala vida. A aquellas personas que han sido violadas, que duermen en la calle, que necesitan del un amor de una madre y un padre, que se metan a un centro de rehabilitación”.

De acuerdo con Noticias Caracol, en cada recorrido del sacerdote, él les ofrece pan y chocolate a las personas que visita.

Este es un breve video de la capilla rodante, llamada Tienda del Encuentro: