La muerte del sacerdote, ocurrida este sábado cuatro de febrero, en un bar en la carrera 70A con calle 42, en el sector de Laureles (Medellín), se convirtió en un misterio que provocó conmoción entre sus allegados y feligreses.

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El cura era oriundo de Planeta Rica, Córdoba, y murió sobre una mesa del bar en el que estaba acompañado de otro hombre. Esa persona salió con las pertenencias de González y el dueño del establecimiento, al verlo tendido, se acercó y vio que no tenía signos vitales.

Las autoridades hacen las respectivas investigaciones, pero aún no se ha determinado la causa del fallecimiento del padre, por lo que se tejen versiones relacionadas a que le suministraron escopolamina o al consumo de algún medicamento para mejorar la circulación.

Sacerdorte muerto en bar de Medellín: en qué trabajaba

El padre Javier estaba a cargo de la parroquia Jesús de la Buena Esperanza y en ocasiones daba misa en la iglesia Santo Evangelio del barrio Castilla, por lo que era reconocido por feligreses del sector. Sin embargo, esa no era la única labor que desarrollaba.

El cura también se desempeñaba como formador en el Seminario Misionero San José, ubicado en el barrio Córdoba (noroccidente de la capital antioqueña), reportó El Colombiano.

Desde esa institución religiosa enviaron mensajes de condolencias por el fallecimiento de González y en las eucaristías de este domingo hicieron oraciones para honrar su obra y vida.

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Las autoridades de la capital de Antioquia avanzan en las investigaciones para establecer si la muerte del padre se debió por el consumo de alguna sustancia como escopolamina.