“Hay huecos, no está señalizada, tampoco hay tránsito”, dice un ciudadano sobre la ciclorruta de la carrera 65. “Aquí es en la única parte donde hay agentes que controlan los carros y motos que se meten a la vía y no dejan pasar”, agrega, justo en la intersección que conecta con la avenida Colombia. Pero el corredor no es el único que padece por la falta de mantenimiento.

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Un equipo de EL COLOMBIANO recorrió la ciudad de norte a sur, entre el sector conocido como Carabobo y Ciudad del Río. El parte, que se reseña a través de las fotografías de esta nota, no es del todo alentador: protuberantes huecos podrían ocasionar incidentes desafortunados en las ciclorrutas; además de estar aún desconectadas —hay nodos completamente aislados, que dejan a la deriva a los ciclistas—, lucen descuidadas.

La Secretaría de Infraestructura afirma que en lo que va del cuatrienio se han adelantado intervenciones de mantenimiento y renovación en 37,8 kilómetros de ciclorrutas. El estado de los corredores de Las Vegas, Bolívar con San Juan, Moravia, Estadio y Carabobo evidencia lo contrario.

“¿Por qué en una carretera o vía normal si tapan los huecos y en las ciclorrutas no? Eso demuestra que los ciclistas no importamos mucho en la ciudad”, revira el usuario, mientras abandona la 65.

No está fácil andar en ‘bici’ en Medellín

Una maniobra es necesaria en Bolívar con San Juan, debajo del viaducto del metro, para que la bicicleta no termine atorada en el hueco de una alcantarilla. Quienes por allí transitan con frecuencia lo saben: inclinan el manubrio hacia el lado contrario y el cuerpo en simultánea, mientras reducen la velocidad de la bicicleta. Una caída, en caso de que esta maniobra no se ejecute, sería lo más probable.

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Una descripción similar tiene cabida en la ciclorruta que recorre la glorieta de San Juan, también en el centro de la ciudad, donde palos de madera y desechos alertan el riesgo que representan dos huecos profundos de alcantarilla. Hay maleza y moho, evidencia de que lleva allí un tiempo considerable. Algo parecido ocurre más al sur, cerca de Ciudad del Río, donde las varillas de hierro se sobreponen al asfalto, convirtiéndose en un riesgo evidente.

Ya en la carrera 70, el sector de Moravia y Carabobo el problema tiene que ver con los adoquines y el desgaste del suelo. Hay piedras y material levantado, con mayor inclinación de lo habitual, que podría sorprender a un usuario desprevenido. El trazado de la ciclorruta incluso es interrumpido por tramos polvorientos, sin concreto y a medio construir, en zonas como Moravia.

Dice la Secretaría de Infraestructura, sin embargo, que hay varios frentes de trabajo activos en la ciudad: San Juan, Belén, la carrera 65, el sector del Puente del Mico y la zona aledaña al aeropuerto Olaya Herrera. “Asimismo, se han instalado 40 nuevos biciparqueaderos en diferentes zonas para promover el uso de la bicicleta como medio de transporte saludable y amigable con el medio ambiente”, expresaron.

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Según el despacho, la inversión ha sido de $ 5.000 millones y, con esta, se han generado 120 empleos. Ciudad del Río y tramos del norte son ahora objeto de estudios técnicos para próximas intervenciones. Lo que se preguntan en las calles, mientras esto ocurre, es si este gobierno logrará cumplir con su promesa de construir 1.820 metros nuevos ciclorruta en el norte, 20 kilómetros articulados a la existente en esta zona para conectarla con el sur, otros 145,4 kilómetros diseñados y dos estaciones para la integración de los ciclistas con el sistema de transporte masivo