El asalto a una fundición de oro en Medellín dejó una decena de capturados, según anunció el alcalde Daniel Quintero el día del delito, pero tres de ellos ya quedaron en libertad por orden de un juez.

Se trata de tres hombres, dos de ellos con antecedentes, quienes aseguran que estaban en el lugar trabajando, razón por la que, después de analizar las pruebas, no se les pudo vincular directamente con el robo.

Stiven Alexánder Grillo Ferrucho — a quien le figuran los delitos de tráfico de estupefacientes, estafa, cohecho, daño en bien ajeno, 2 hurtos y 2 lesiones personales—, el venezolano Floy Joarson Púas —con anotación por hurto— y el huilense José Alejandro Montealegre Mejía, fueron los hombres cobijados por esta medida, aunque seguirán vinculados al proceso.

El ciudadano extranjero habló en RCN Radio sobre las razones por las que estaba en ese lugar y asegura que llevaba un par de semanas en ‘la capital de la montaña’, a donde llegó para vender productos naturistas junto a los otros dos hombres que también quedaron en libertad.

Montealegre, oriundo de Neiva, añadió que él estaba en Medellín para promocionar el emprendimiento que tiene su hermano de medicina esotérica.

Lee También

Capturados dicen que los torturaron en la cárcel

Nueve días estuvieron detenidos, pero eso fue suficiente para lo que, dicen ellos, vivir los peores días de su vida. Floy Joarson Púas dio algunos detalles de cómo pasó esos días privado de la libertad.

Pasaron dos días sin darnos comida. Nuestros amigos y familiares nos llevaban los alimentos, pero nunca nos entregaron nada. Estuvimos en un calabozo como si fuéramos los peores delincuentes y fuimos humillados. Eso es lo peor que le puede pasar a alguien”, expresó el venezolano de 33 años.

Algo similar relató Montealegre, quien dijo que no estaban en condiciones dignas y hasta simularon su experiencia con un trato inhumano.

Nos hicieron pasar días de tortura porque estábamos amarrados como un perro los primeros días. Nos esposaron a una reja y nos tocó dormir parados. Fue algo muy duro. Esto te daña. Somos inocentes y la gente te insultaba y te gritaba ‘ladrones’. Mi ‘mamita’ quedó muy adolorida porque ella nunca había recibido una noticia así. Mi mamá me dijo que siempre supo que era inocente y me pidió que rezara”, contó.