El sacerdote Andrés Salazar contó en Noticias Caracol que los hechos ocurrieron el pasado miércoles 11 de abril sobre las 8:30 de la noche, cuando dialogaba con un hombre que pidió una cita para confesarle sus pecados.

De un momento a otro, dice, perdió el conocimiento y no recuerda lo que sucedió después. El religioso fue trasladado a un hospital para que lo revisaran.

“Cuando me desperté estaba en casa de mis papás”, dijo Salazar en el noticiero, y explicó que le robaron varias de sus pertenencias.

“Mi teléfono, seis relojes y algunas monedas de la ofrenda de los feligreses. […] Habrá dos (relojes) que cuestan unos 700 u 800 mil pesos. El resto son valiosos porque, por ejemplo, hay uno que me heredó mi abuelo”.

La parroquia La Inmaculada Reina de la Paz anunció el pasado viernes en su cuenta de Facebook que el sacerdote estaba “fuera de peligro y en casa de la mamá”, y que tal vez ese mismo día podía regresar a la iglesia.

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No obstante, dice el informativo, fue solo hasta el domingo cuando los feligreses lo volvieron a ver, y allí Salazar les contó el motivo de su ausencia.

La emisora Despierta Antioquia publicó en su cuenta de Twitter, el 12 de abril, que según las primeras versiones el párroco habría sido “escopolaminado”.

Pero el general Óscar Gómez, comandante de la Policía Metropolitana en Medellín, aclaró en Noticias Caracol que las primeras indagaciones descartan que al padre Salazar le hayan suministrado escopolamina.

Por eso, las autoridades investigan qué pasó en este caso, ya que en la parroquia no hay cámaras de seguridad que aporten datos sobre el señalado asaltante.